Maestra de EEUU destapa anomalías en adopciones Haití

PUERTO PRÍNCIPE, Haití. Mientras esperaba su vuelo hacia Haití, Mariette Williams caminaba de una punta a la otra de la sala de embarque, doblando y volviendo a doblar su boleto y aferrándose a una bolsa llena de regalos. Estaba…

PUERTO PRÍNCIPE, Haití. Mientras esperaba su vuelo hacia Haití, Mariette Williams caminaba de una punta a la otra de la sala de embarque, doblando y volviendo a doblar su boleto y aferrándose a una bolsa llena de regalos. Estaba emocionada y asustada al mismo tiempo: Iba a ver a su madre por primera vez en 30 años.

Colas Bazile Etienne era un recuerdo borroso, uno de los más antiguos, y permanecía desenfocado sin importar lo mucho que se concentrase Mariette. Sabía que su madre era una mujer muy pobre que la había entregado en adopción, pero ¿por qué?

Lo único que recordaba Mariette de su infancia es cuando se fue. Y ahora volvería a tomar el vuelo pero en sentido contrario.

El cambio

Mariette enseña inglés en una escuela privada, vive en un condominio en Boca Raton, un suburbio del sur de la Florida con calles anchas y jardines muy cuidados. Tiene 32 años, un marido, Terrence Williams, y dos hijos, Melia y Jaden.

Pero siempre la consumió el deseo de conocer a su familia biológica.
Lo intentó hace algunos años, sin resultados. El orfanato que figura en sus documentos de adopción ya no existe.

Un día, sin embargo, encontró en Facebook una página para Pestel, un pueblo mencionado en sus papeles de adopción. Con la ayuda de un traductor de creole, envió un mensaje:

“Mi nombre es Mariette. Estoy buscando mi familia”.

A las pocas semanas la contactó alguien que conocía a sus padres. Descubrió que tenía cuatro hermanas y dos hermanos en Haití. Su madre estaba viva, pero su padre, Berlisse, había fallecido hacía un año.

Al poco tiempo hablaba con Junette, una hermana de 45 años. Sintió un escozor cuando alguien mencionó a Rose-Marie Platel, cuyo nombre aparecía en los papeles de adopción.

Era su madrina, le dijo su hermana. La había llevado a la capital, Puerto Príncipe, para que fuera atendida tras caer enferma. Pero un día, cuando su familia fue a visitarla, Rose-Marie y Mariette ya no estaban. Resultó que la madre de Mariette nunca la dio en adopción. Junette le dijo: “¿Sabías que tu familia te ha estado buscando por 30 años?”

Miles de haitianos como Mariette han terminado viviendo con familias de Europa, Canadá y Estados Unidos. Los padres adoptivos de Mariette fueron Sandra y Albert Knopf, quienes vivían cerca de Vancouver. Eran cuarentones con tres hijos grandes. Sandra dijo que sintió un llamado de Dios que le pedía que adoptase. 

Nuevas regulaciones para las adopciones

Las adopciones en Haití están mucho más reguladas ahora que cuando Mariette fue adoptada en octubre de 1986. La mayoría de los niños de los orfanatos haitianos tenían al menos un padre vivo y muchos no entendían que estaban cediendo los derechos sobre sus hijos.“Incluso cuando aceptaban darlos en adopción, no aceptaban una adopción total”, dijo Mia Dambach, especialista en los derechos de la niñez del Servicio Social Internacional de Ginebra. 

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