Hablar de las redes sociales se ha convertido en parte del lenguaje cotidiano de todos nosotros, enfatizando su importancia en los procesos mercadológicos y de difusión rápida de información.
Desde la Psicología Social, el concepto de Red comenzó a utilizarse por Jacob Moreno, al observar que los jóvenes preferían realizar algunas actividades en grupo.
Descubrió que formaban “una red” con relaciones aparentemente informales pero que estaban estructuradas y bien organizadas. Fue él quien le dio una posición teórica precisa a este concepto.
Estas redes permiten unas relaciones que contribuyen a la regulación social. El ser humano es social por naturaleza, necesita pertenecer a grupos y recibir la aprobación y aceptación para satisfacer sus necesidades sociales y psicológicas.
Tomando como ejemplo una de las más populares: Facebook, encontramos que presenta tres opciones para reaccionar: me gusta, comentar y compartir. Conseguir mucho “me gusta” significa que sus publicaciones tienen la aprobación de las personas que son sus contactos; “comentar” añade un valor, y es la provocación de opinión que aunque sea para contradecir, ya logró que le prestaran atención; por último “compartir” es reproducir ese contenido con la intensión de divulgar algo considerado de importancia e interés general.
Ya sabemos que la repetición es una forma de instalar o cambiar actitudes. El análisis del comportamiento de las personas en las redes sociales ya es una gran línea de investigación, donde se han tipificado muchas conductas y características de personalidad de los actores.
El tipo de relaciones que se dan entre los grupos y el nivel de cohesión, las características de las personas que conforman sus contactos y los roles de cada uno, el tipo de información que publica, las necesidades sociales y psicológicas que se canalizan en ella, y la pregunta más frecuente ¿Cuáles son las implicaciones de estar o no estar en dichas redes?
En síntesis, las redes sociales cumplen una función psicológica y educativa importante, sin importar el grupo social al que pertenezca. Solo que cada vez más se necesita informar sobre su uso adecuado, porque de este depende su productividad. l