La agenda norteamericana y la sociedad silente

Parte importante de la agenda norteamericana en nuestro país consiste en reducir los niveles de corrupción pública. Empero, esta agenda no ha logrado conseguir apoyos en un amplio segmento de la sociedad dominicana, que persigue adecentar la vida&#8230

Parte importante de la agenda norteamericana en nuestro país consiste en reducir los niveles de corrupción pública. Empero, esta agenda no ha logrado conseguir apoyos en un amplio segmento de la sociedad dominicana, que persigue adecentar la vida pública nacional. Esta desconexión se debe a que la agenda norteamericana no es una, sino varias agendas a la vez, parte de las cuales son rechazadas por la sociedad silente dominicana.

Para intentar comprender esta desconexión debemos analizar los elementos constitutivos del pensamiento de un amplio segmento de nuestra sociedad. Un primer rasgo es un fuerte sentimiento patriótico que consiste en identificarse con nuestras tradiciones e historia, elementos constitutivos de nuestra identidad. Este sentimiento está en aumento en el mundo y este país no es, ni será una excepción. Basta mirar a los franceses envueltos en su bandera, luego de los atentados de París.

Un amplio sector de nuestra sociedad tiene serias preocupaciones por las consecuencias de una inmigración desbordada, que no es más que la continuación de una lucha por un espacio vital, que lleva más de doscientos años. Los norteamericanos, europeos y las Naciones Unidas interpretan este fenómeno en términos ideológicos, e ignoran realidades objetivas. Olvidan que en el siglo XX, cedimos más del 10%, del actual territorio de Haití, pues ya había sido ocupado. Ni consideran la presión sobre nuestros recursos naturales, como el agua y los bosques, progresivamente destruidos por una sed insaciable de carbón. A falta de ceder más territorio, el resultado de esta presión internacional, que una amplia parte de la población entiende como intolerable e injusta, será la creación de una minoría étnica, y la consecuente fractura de la bien integrada sociedad dominicana.

En adición, el nacionalismo dominicano tiene raíces cristianas. La bandera dominicana tiene los mismos colores que la francesa, pero con una cruz blanca. La agenda para modificar el concepto del matrimonio tradicional es una causa adicional de desconexión con una mayoría conservadora, que contrariamente, persigue el fortalecimiento de la familia tradicional, como elemento esencial para el desarrollo y renovación moral de nuestra sociedad. En nuestra opinión, este asunto pudo haberse tratado de manera menos conflictiva, pues como cristianos estamos obligados a respetar y aceptar a los demás, a pesar de las diferencias, como de hecho lo hacemos con personas con quienes convivimos, y, en ocasiones, admiramos.

Resulta irónico que personas que desean extraer un beneficio u obtener poder, apoyen aspectos de esta agenda de naciones poderosas, aunque vaya en contra de sus principios, o más bien, por su falta de principios. Como buscan un provecho personal a corto plazo, estos personajes se acomodan, colaboran y siguen la corriente. Su falsedad esencial es la materia constitutiva de la corrupción. 

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