Tras más de 20 años, entierran a 34 asesinados por Sendero Luminoso

VALLE ESMERALDA DE HUAYAO, Perú (AP) — Más de dos décadas después de ser masacrados por los maoístas de Sendero Luminoso durante el sangriento conflicto armado en Perú, 34 pobladores andinos fueron enterrados adecuadamente.

VALLE ESMERALDA DE HUAYAO, Perú (AP) — Más de dos décadas después de ser masacrados por los maoístas de Sendero Luminoso durante el sangriento conflicto armado en Perú, 34 pobladores andinos fueron enterrados adecuadamente.

Dos camionetas llegaron a la aldea de Valle Esmeralda de Huayao con cajas de cartón y de ellas fueron extraídos los restos óseos de cada víctima para luego colocarlos en su respectivo ataúd donado por el gobierno de Lima. Antes, en otros casos, los deudos tenían que viajar a la capital regional llamada Huamanga, ubicada a 60 kilómetros (40 millas), para recibir los restos.

La mayoría de los campesinos permaneció en silencio mientras miraban cómo los forenses ordenaban los huesos y los colocaban en los ataúdes.

La agricultora Margarita Yauri, de 35 años, decidió hablarle a los de su madre Martina Aguilar.

«Perdóname mamá. Cuando era niña siempre te falté el respeto», dijo en lengua quechua.

Toda la aldea acompañó a las decenas de difuntos junto a una banda de músicos que tocó melodías melancólicas de los Andes. Algunos pastores evangélicos dijeron que las almas por fin ya están con Dios mientras los ataúdes eran colocados en nichos de cemento.

Después de la masacre los cadáveres fueron arrojados en una fosa común. Tras ser identificados por antropólogos forenses en Huamanga con el apoyo de familiares, los restos llegaron el miércoles pasado. Fueron enterrados al día siguiente.

Los maestros de la escuela, llamada «10 de octubre» en recuerdo de la masacre, llevaron a casi un centenar de estudiantes a contemplar los ataúdes porque consideraron que era un día importante. Cantaron el himno local que habla sobre la pobreza de la vida campesina en esta aldea de 1.200 habitantes donde el 87% es pobre y el 33% analfabeto, según cifras oficiales.

Luego todos volvieron al centro de la aldea y comieron juntos un guiso de carne, con patatas y arroz.

Según los sobrevivientes, la noche del 10 de octubre de 1992, un mes después de la captura en Lima del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, más de 100 senderistas rodearon la aldea y mataron a ancianos, hombres, mujeres y niños en venganza porque los agricultores habían formado un comité de autodefensa y rechazado a los maoístas.

«Hubo demasiados disparos y con dos granadazos destrozaron mi casa, adentro mataron a mi papá, a mi mamá y a otras cinco personas», dijo Demetrio Laurente, de 39 años, quien escapó poco antes de la incursión enemiga y observó la masacre escondido detrás de una fila de árboles alisos.

El movimiento Sendero Luminoso combatió a las fuerzas de seguridad peruanas y atacó a poblaciones civiles durante el conflicto de 1980 a 2000. Una comisión de la verdad halló que casi 70.000 personas murieron en esos años.

El alcalde Máximo Huyhua afirma que la mayoría de jóvenes no tienen empleo y siembran maíz para su autoconsumo.

«Lo único que nos sustenta es ir a la selva», dice.

La aldea está ubicada en uno de los caminos por donde se ingresa al inmenso valle amazónico de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, la zona de mayor producción de droga del mundo.

Huyhua asegura que unos 20 jóvenes de la aldea están presos en diversas cárceles del país tras haber sido detenidos por la policía mientras transportaban cocaína en mochilas. Muchos de los presos «son los hijos de los huérfanos…que no han tenido apoyo de nadie, ni de sus familiares ni del estado. Vivimos lejos de todo, olvidados», dijo.

Un grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas dijo en junio que Perú no tiene una cifra exacta de desaparecidos, carece de un plan nacional de búsqueda y un mapa nacional de fosas de los muertos durante el conflicto armado interno. Una comisión de la verdad dijo en 2003 que los desaparecidos suman casi 70 mil personas.

«Tenemos múltiples necesidades, necesitamos una posta médica y un buen instituto técnico de educación superior. Nuestro valle es lindo y podríamos atraer el turismo», dijo Huyhua.

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