El cabildeo y lobbismo están a la orden del día al acercarse el 26 de enero, cuando ha de celebrarse la Asamblea General de Municipios, que renovaría la dirección de la Liga Municipal Dominicana. Todavía no se ha convocado oficialmente la asamblea, pero tengo la confidencia de que en el ánimo y la voluntad del ministro de Interior y Policía, presidente ex oficio del organismo, no prima incluir la elección del secretario general en ese evento, que ha de reunir a todos los alcaldes. Me dicen que, siendo un año electoral, se ha razonado que no sería lógico ni prudente que alcaldes cuya gestión ha de concluir en pocos meses, decidan sobre la futura conducción de la LMD, escogiendo un secretario general para los próximos 4 años. En esa situación, siempre según mis informes, se estaría buscando la fórmula de extender el período presente de dirección de la Liga para que haya elección de un nuevo secretario general un poco más adelante, cuando ya la estructura municipal de la nación haya sido renovada en las urnas. No se mueva nadie de su asiento…
Gestión de Jones
Atodo esto hay que agregar que la gestión de Johnny Jones en la LMD, que arriba ahora a los 4 años, ha cosechado de un ambiente de camaradería y armonía con los alcaldes, acorde con la personalidad de Johnny, que como siempre he comentado, es un político decente, no conflictivo, que busca armonizar antes que confrontar. Jones es reformista y llegó al puesto impulsado por su partido, que al romper su alianza con el PLD dejó poco espacio para que el oficialismo vuelva a apadrinar que cualquiera de esa traba siga ahí. Sin embargo, y volvemos a las características personales de Jones, el actual secretario de la LMD cae bien en todos los escenarios, amén de que en las definiciones internas del reformismo, asumió posición en favor de seguir respaldando al PLD y al presidente Danilo Medina, aún a costa de alejarse políticamente de Ramón Rogelio Genao, con quien antes siempre había hecho causa política común, lo que no cae en lo personal. Es la pura verdad…
