En “días malos” todo sale aparentemente mal. En un único rango de 24 horas se suceden circunstancias tan irracionales o fastidiosas que la única forma de explicárnoslas es que “nos levantamos con el pie izquierdo”. Pero si vemos el asunto a conciencia, infaltablemente reconoceremos situaciones interiores que son la verdadera motivación detrás de un día malo o uno objetivamente no tan malo que percibimos pésimo.
Cuando nuestra mente está fija en problemas, andamos deprimidos o desencantados, todo lo veremos negativo o más negativo de lo que es. Significa que más que días malos tenemos actitudes malas. Sin exageración alguna, cada quien hace su día bueno o malo a partir de cómo están mente y corazón. Define cómo será hoy el tuyo. l
