Las declaraciones de gobernador del Banco Central se refieren al evidente hecho de que el vigoroso crecimiento económico no ha producido un mayor bienestar para la mayoría de los dominicanos. El Banco Mundial se ha referido a una prosperidad no compartida.
Consideramos que una frontera porosa causa que el mercado laboral dominicano este conectado al mercado laboral haitiano, tan numeroso como el nuestro, pero con salarios y eficiencia inferiores. Es decir, el mercado laboral dominicano lo componen la demanda de mano de obra y una curva de oferta agregada, que es la suma de la oferta de trabajadores inmigrantes y de los trabajadores dominicanos.
Esta conexión opera mediante un mecanismo de “empuja y atrae.” Las crisis permanentes de nuestros vecinos los empujan a buscar trabajo de este lado, y el crecimiento de nuestra economía atrae la inmigración.
La oferta agregada (dominicana más haitiana) de mano de obra no calificada resulta muy abundante y elástica, en términos económicos. Esta elasticidad explicaría la rigidez a la baja de la tasa de desempleo dominicana, que se mantiene en un 14-15 %, desde el 2010, a pesar de un crecimiento real cercano al 7 %, en algunos años. Elasticidad que podría explicar la rigidez al alza de los salarios, y el deterioro de su poder de compra, debido a la inflación acumulada. Estos problemas venían acumulándose por algunos años. Sin embargo, entre el 2006 y 2012, el mercado laboral recibió la incorporación de cientos de miles de personas con poca calificación, o sea, el 65 % de todos los emigrantes, según la encuesta de las Naciones Unidas, del 2013.
De acuerdo al Banco Central, en el año 2014 la construcción fue, luego de la minería, el sector mas dinámico de nuestra economía, con un crecimiento del 13,8 %. Sin embargo este crecimiento causó una escasa generación de empleos dominicanos. ¿Entonces de qué bienestar estamos hablando?
Marx predijo que la pauperización creciente de la clase trabajadora causaría el colapso del capitalismo. Empero, en el siglo XIX, la mano de obra se tornó escasa en Europa y los Estados Unidos, lo que obligó a aumentar los salarios, facilitado por un sostenido aumento de la productividad laboral. Ciertamente, es el caso de China en el siglo XXI, donde la mano de obra comienza a escasear y “los exportadores tendrán que seguir aumentando la productividad para compensar los salarios más altos”, de acuerdo al Wall Street Journal.
Pero nuestro modelo propicia una economía basada en bajos salarios, baja productividad y condiciones de vida insatisfactorias. ¿Será este modelo sostenible? De ahí, la preocupación del gobernador del Banco Central.
Necesitamos una dura decisión política de cerrar la inmigración de indigentes, pues de acuerdo al Banco Mundial “el empleo es el factor que más incide en el nivel de vida”. Los países progresan trabajando….
