Inseguros donde menos lo imaginamos

Vivimos con la delincuencia y la inseguridad, y tratamos todos de defendernos tomando las mayores precauciones, sea en las viviendas o en las calles.

Vivimos con la delincuencia y la inseguridad, y tratamos todos de defendernos tomando las mayores precauciones, sea en las viviendas o en las calles.La gente sabe muy bien que no puede contar con un agente al alcance que pueda prevenir cualquier hecho delictivo. Y siendo así, anda precavida. Esa prevención no salva de un ataque, llámese robo o asalto.

Nada de eso niega el esfuerzo cotidiano de las autoridades para mejorar la seguridad en las calles y caminos. Campos y ciudades.

La delincuencia siempre está al acecho para cometer sus fechorías y con frecuencia le gana la batalla a las autoridades y a la temerosa sociedad.

Ahora bien, lo que más irrita es que las personas no se sientan seguras ni siquiera en los sitios públicos bajo el resguardo policial.

Por ejemplo, el entorno de una oficina del Estado. Incluso, en la cercanía de un destacamento policial. En esos sitios increíblemente las personas son objeto de asaltos.

O lo que acaban de denunciar los médicos residentes del hospital Moscoso Puello: la falta de seguridad no ya en las calles aledañas, sino en el mismo centro de salud.

El caso de la médica Francesca Gómez, que salió al parqueo de ese hospital a buscar un objeto a su vehículo, y ahí mismo un individuo la encañonó y la obligó a entregarle todo: celular, cartera con dinero y documentos.

Al margen de la inseguridad general de la que nos quejamos, es evidente que en ese tipo de lugares hay una falta más que manifiesta de prevención.

Lo menos que deben hacer las autoridades, es garantizar la seguridad en los establecimientos cuya vigilancia está directamente en sus manos.

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