Aunque los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Dominicano (PRD) se han aliado para las elecciones del mes que viene, hay problemas serios, muy serios, en algunas demarcaciones donde ambas organizaciones postulan candidatos diferentes. Tan serios son los problemas en algunos puntos, como en Santo Domingo Este, que hay situaciones que podrían desembocar en roturas virtuales de los acuerdos en más de uno o en todos los niveles de elección. Por lo menos en el caso del principal municipio “de aquel lado”, la situación se da porque hay perredeístas que en vez de respaldar al(os) candidato(s) de su propio partido, están abiertamente –incluso con el uso de los símbolos y nombre del partido blanco- en proselitismo intenso por los candidatos nominados en la boleta morada, que son diferentes allí a los que figuran en la boleta blanca. Como desde las alturas de ambas agrupaciones nadie parece hacer nada para detener eso, podrían darse situaciones inesperadas que pudieran no ser del todo favorables a los propósitos que animan a esos partidos. Por ejemplo, un perredeísta de los que no está muy conforme con el proselitismo pro PLD de algunos de sus compañeros en esa jurisdicción me dijo, poniendo solo un ejemplo: “Bien se ve que esos compañeros no conocen a Tonty (Rutinel) y ni se imaginan de lo que puede ser capaz un perredeísta rabioso cuando se siente burlado”. ¡Hummm…!
¡Ay mi madre!
Lo que circula por las redes dando cuenta de que un sonoro y muy importante candidato a la alcaldía de uno de los municipios más emblemáticos, más poblado e importante del Cibao es objeto de investigación por supuesto lavado de activos desde ciertas agencias de los Estados Unidos, tiene disparadas las alarmas de los estrategas de la alianza política que lo ha postulado, y que ha cifrado sus esperanzas de triunfo en esa comarca en las posibilidades de su nominado. ¡No estrujen, que no hay quien planche…!