“En la poesía es donde yo me siento más pleno”

Ayer, al mediodía, ya el escritor José Rafael Lantigua se sentía abrumado, aunque ese estado no diezmaba su felicidad y agradecimiento. Desde que se levantó se dedicó a responder un aluvión de llamadas, correos y mensajes por WhatsApp, que no…

Ayer, al mediodía, ya el escritor José Rafael Lantigua se sentía abrumado, aunque ese estado no diezmaba su felicidad y agradecimiento. Desde que se levantó se dedicó a responder un aluvión de llamadas, correos y mensajes por WhatsApp, que no le dieron chance para otra cosa que no fuera recibir las muestras de cariño y felicitaciones por su merecido Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2016, que resalta la trascendencia de su exquisita obra “Espacios y Resonancias”.

En ese contexto conversó con el periódico elCaribe, entusiasmado por este galardón que le entregó el Ministerio de Cultura, la Dirección General de la Feria del Libro, la Fundación Eduardo León Jimenes y Cervecería Nacional Dominicana, en una ceremonia celebrada el martes en la Sala Aida Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña. Con “Espacios y Resonancias” cierra un capítulo exitoso en su trayectoria literaria y se anima a continuar aportando en otros universos de las letras dominicanas.

¿En qué momento especial de su oficio literario llega este premio a sus manos?
No hay duda de que con la publicación de estos siete volúmenes (Espacios y Resonancias), yo diría que cerré un capítulo importante de mi trabajo literario, porque todo lo que estaba reunido o disperso en las publicaciones del suplemento Biblioteca de 20 años (en Última Hora y el Listín Diario), pues se salva de alguna manera al publicarse el libro, y queda ahí para la posteridad, fundamentalmente porque, como he dicho otras veces, por ahí pasó toda la literatura que se produjo desde 1983 a 2003, entre ellos el surgimiento y el desarrollo de la importante Generación de los 80 y de la inmediatamente posterior, incluyendo algunos de los que iniciaron el nuevo milenio. Entonces, creo que ha sido un aporte importante, que yo tenía el sueño desde hace tanto tiempo, de reunir el libro y logré conseguirlo. Dice el maestro y profesor Jorge T. Reyes y el poeta Basilio Belliard, que esa es una ‘hazaña única’ en la literatura dominicana, que nadie había publicado una obra así en siete volúmenes. Al cerrar, entre comillas, este capítulo de mi vida y de mi carrera literaria, indiscutiblemente que el premio viene a honrar esa labor y esa misión que cumplí; que he dicho y repito, lo único que quise hacer fue compartir como lector mis lecturas con otros lectores de la literatura dominicana y extranjera (fue el introductor de escritores de la talla del español Camilo José de Cela y muchos intelectuales de los que se habían leído muy poco en el país). Ni aspiré a ser crítico, ni nada de eso…

Cada capítulo que se cierra, indiscutiblemente viene acompañado de otro ciclo, ¿cuál sería esa nueva apertura dentro de su labor literaria?
Se ha abierto, o mejor dicho, se ha reinaugurado mi vocación poética, la que estuvo detenida por mucho tiempo, desde mis años mozos, digamos que desde los 16 a los 20 años con mi primer libro (Sobre un tiempo de esperanzas). Todos los autores que escriben esos libros, cuando están apenas comenzando y no han madurado, luego se arrepienten, yo no me arrepiento de esos poemas, hace tiempo que no los releo; pero bueno, esos poemas obedecieron a una etapa hermosa y significativa de mi vida, esa etapa final del bachillerato donde promoví un grupo literario en Moca, que fue muy activo en el área del Cibao.
Luego de tanto tiempo, publiqué en el 2003 Los Júbilos Íntimos, y en estos últimos cuatro años que vengo publicando un libro de poesía por año. Creo entonces que se ha abierto la vocación poética, no se ha cerrado la vocación ensayística, y, por supuesto, tampoco mi labor de cronista y periodista literario, pero ahora en otra dimensión. Sacaré un libro de ensayos para septiembre-octubre, que va a publicar el Banco Central y sigo con mis páginas y comento libros, a veces, en Diario Libre, porque así ha sido el deseo del director, pero lo hago con otro estilo y con otra forma distinta a lo que era Biblioteca, que ya es un ciclo cerrado… Uno tiene que reinventarse en esta carrera.

¿Cuál ha sido su mayor hazaña en esta profesión literaria?
La publicación de estos siete volúmenes nunca lo pensé como una hazaña. Fue Jorge Tena Reyes y Basilio Belliard que me han hecho verlo así… pienso que esa es una labor, que no me gusta darle yo mismo el título de hazaña, que me costó muchos meses de esfuerzo para poder reunir todos esos elementos de la manera ordenada en que están; pero sigo pensando que mi obra La Conjura del Tiempo es un ensayo que sigue siendo fundamental, lo han dicho muchas personas. Es una obra que tiene 22 años (desde 1994) y sigue siendo un texto que se puede leer hoy… La Conjura del Tiempo fue un esfuerzo que valió la pena, sin embargo, yo soy un hombre apegado a mi poesía, creo en mi poesía y seguiré escribiendo poesía. Quizás es ahí donde me siento más pleno.

Su obra literaria es un llamado al entusiasmo del lector, especialmente en estos tiempos difíciles para el mundo literario por la baja lectoría…
Sí, hemos tenido siempre una baja lectoría. Una vez se habló, Soledad Álvarez creo que fue la primera que opinó de este aspecto -yo me hice eco después de esas palabras-, en el sentido de que teníamos apenas unos 700 u 800 lectores en el país. De eso hace varios años y no hemos crecido mucho. Eso no cambiará hasta que no haya un plan desde el Ministerio de Educación. No es el Ministerio de Cultura, es el Ministerio de Educación que tiene la base primaria para promover la lectura. Tiene las escuelas, los niños, los jóvenes en la primaria y la secundaria para poder impulsar esos trabajos. Si comenzamos ahora, dentro de 20 o 25 años podríamos tener una sociedad de lectores, eso toma tiempo.
Si le añadimos lo de la tecnología, la sociedad del espectáculo, de la que todos formamos parte (de la que habló el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa) y que los mismos niveles del conocimiento entran por otros formatos de los cuales no reniego, porque creo que es un signo de los tiempos que hay que asumir, eso indiscutiblemente baja la lectoría. Algunas librerías han cerrado porque el problema es universal. En España, según la última encuesta que leí, están cerrando semanalmente dos librerías. Hay países en Latinoamérica donde la realidad es más difícil, porque se lee menos y se publican menos libros. Por lo menos, aquí se mantiene activo el proceso editorial, aunque no tengamos propiamente una industria editorial.

Sin embargo, la literatura dominicana ha seguido con buena salud. Este país ha dado nombres de la talla de Juan Bosch, Pedro Henríquez Ureña, Marcio Veloz Maggiolo, por mencionar solo algunos. Y hoy en día, para hablar de las novedades, tenemos a una Rita Indiana, que está dando agua qué beber en España y en varios países con las publicaciones de sus libros. De un salto logró que editoras le publicaran, es una rompedora, una violentadora de lo que es el orden institucional de la literatura tradicional y ha hecho una labor extraordinaria, que antes hizo Junot Díaz y Julia Álvarez, aunque lo lograron en inglés.

Distinción
El Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2016 está dotado de 750 mil pesos y un certificado oficial.

Selección oficial
El veredicto fue dado por un jurado compuesto por los reconocidos intelectuales Marcio Veloz Maggiolo, Ángela Hernández y Edwin Espinal.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas