Así lo dijo el papa Francisco a los adolescentes sobre el amor

INTRODUCCIÓNSon ciertamente un grupo, los adolescentes, que todavía no recibe, como grupo, la atención, el cuidado debido y que se merecen. Normalmente se les une a los jóvenes. Y allí, ni se sienten bien ellos ni…

INTRODUCCIÓN

Son ciertamente un grupo, los adolescentes, que todavía no recibe, como grupo, la atención, el cuidado debido y que se merecen. Normalmente se les une a los jóvenes. Y allí, ni se sienten bien ellos ni los jóvenes tampoco.

El Jubileo de los Adolescentes del 24 de abril 2016, en Roma, convocado, animado y presidido por el Papa Francisco, los puso en el primer plano y ha llevado a todos a volver la mirada hacia ellos e, incluso, son muchos, incluidas diócesis y parroquias de la misma Iglesia, que han tomado la decisión de darles la importancia propia que le competen y no la había organizada, ya se empieza a hablar de una Pastoral de los Adolescentes, distinta de la Pastoral de Jóvenes.

Fue muy diciente ver al Santo Padre confesando a los adolescentes, como un sacerdote mas, en la explanada de la Plaza San Pedro, el sábado 23 de abril, precisamente cuando celebraba su onomástico (la fiesta de San Jorge), bajo un sol espléndido y ardiente. El mundo entero pudo ser testigo de esta hermosa escena por las redes digitales u otros medios de comunicación social. Como fui a Roma, precisamente para apoyar este Jubileo con la Fundación Ramón Pané, de la que soy Vicepresidente, pude ser testigo de primer orden de este momento, como lo fui también de una Roma poblada de adolescentes. No había rincón del centro de Roma o del Vaticano, donde no apareciera un montón de adolescentes, con su alegría y bulla propias.

También participé de la Misa concelebrada, acto central del Jubileo, el 25 de abril. La Plaza de San Pedro estaba abarrotada y eran tantos, que debieron ocupar una buena parte de la Vía della Conciliazione, que une a la Ciudad del Vaticano con la ciudad de Roma.

Igualmente, viví intensamente la Homilía, la cual encontré rica en contenido y en expresiones del papa Francisco muy adaptadas a los adolescentes. En ella me quiero detener ahora de manera particular, destacando algunos puntos de la misma.
La Agencia de Noticias Zenit resumió dicha homilía del Jubileo de los Adolescentes de la siguiente manera:

“El papa Francisco hizo su homilía en este domingo dedicado al Jubileo de los Adolescentes, ante una plaza llena de chicos y chicas de 13 a 16 años, invitándoles a seguir a Jesús, a entender la verdadera dimensión del amor y de la libertad, que no es egoísmo. Y a saber decir no a los falsos modelos que les proponen. Porque amar quiere decir dar, no sólo algo material, sino algo de uno mismo: el tiempo personal, la propia amistad, las propias capacidades. Y saber que el documento de identificación del cristiano es el amor mutuo y el estilo la práctica de las obras de misericordia”.

Quiero yo, ahora, además; fijarme de manera particular, en algunos puntos u orientaciones, que el Papa dirigió de manera muy directa a los jóvenes sobre el amor. Considero que serán muy útiles en la formación de los adolescentes y en la Pastoral propio de ella. Me llamaron mucho la atención los ejemplos que el Santo Padre tomaba del mundo digital, mundo en el que se mueven los adolescentes como habitantes nativos del mismo, para darles sus enseñanzas y orientaciones.

He aquí, pues, esos puntos u orientaciones que llamaron particularmente la atención y los invito también a ustedes a detenerse en ellos:
Cédula de identidad del cristiano

Siempre hablamos que el primer mandamiento es “el amor” y en él se resumen toda la Ley y los Profetas.

También Jesús nos insiste en que su mandamiento es el amor; y ese mandamiento se hace mandamiento nuevo “si amamos como él amó”. Pero la imagen que usó el papa Francisco para presentar a los adolescentes esta enseñanza tradicional de la Biblia es impactante: llamó al amor “cédula de identidad de los discípulos de Jesús”. Oigamos sus palabras:

“Queridos muchachos: Qué gran responsabilidad nos confía hoy el Señor. Nos dice que la gente conocerá a los discípulos de Jesús por cómo se aman entre ellos. En otras palabras, el amor es el documento de identidad del cristiano, es el único “documento” válido para ser reconocidos como discípulos de Jesús. Es el único documento válido.

Si este documento caduca y no se renueva continuamente, dejamos de ser testigos del Maestro. Entonces les pregunto: ¿Quieren acoger la invitación de Jesús para ser sus discípulos? ¿Quieren ser sus amigos fieles? El amigo verdadero de Jesús se distingue principalmente por el amor concreto, no el amor en las nubes. El amor siempre es concreto, lo que habla de amor y no es concreto es telenovela, un romance. ¿Quieren vivir este amor que él nos entrega? ¿Quieren o no quieren? Entonces, frecuentemos su escuela, que es una escuela de vida para aprender a amar. Esto es un trabajo de todos los días, aprender a amar”.

Siete afirmaciones sobre el amor

El tema del amor fue reiterativo en la Homilía del Papa a los adolescentes. Me hizo pensar que, con ello, el Papa quería decirnos que es el valor principal que hay que trabajar en los años de la adolescencia.

He aquí, pues, siete afirmaciones textuales del papa Francisco en esta Homilía sobre el amor:

2.1. “Ante todo, amar es bello, es el camino para ser felices. Pero no es fácil, recibimos un regalo: esto nos hace felices, pero para preparar ese regalo las personas generosas han dedicado tiempo y dedicación y, de ese modo regalándonos algo, nos han dado también algo de ellas mismas, algo de lo que han sabido privarse”.

2.2. El regalo es una señal de amor, porque amar es dar. El que recibe amor ha de dar gracias.
“Pensemos también al regalo que vuestros padres y animadores les han hecho, al dejarles venir a Roma para este Jubileo dedicado a vosotros. Han programado, organizado, preparado todo para vosotros, y esto les daba alegría, aun cuando hayan renunciado a un viaje para ellos. Esto es lo concreto del amor. En efecto, amar quiere decir dar, no sólo algo material, sino algo de uno mismo: el tiempo personal, la propia amistad, las propias capacidades.

Miremos al Señor, que es invencible en generosidad. Recibimos de él muchos dones, y cada día tendríamos que darle gracias. Quisiera preguntarles: ¿Dan gracias al Señor todos los días? Aun cuando nos olvidamos, él no se olvida de hacernos cada día un regalo especial. No es un regalo material para tener entre las manos y usar, sino un don más grande para la vida. Nos regala, ¿qué nos regala?, nos regala su amistad fiel, el Señor es siempre un amigo que no la retirará jamás. Aunque lo decepciones y te alejes de Él, Jesús sigue amándote y estando contigo, creyendo en ti más de lo que tú crees en ti mismo. Y esto es muy importante.”

2.3 Los adolescentes quieren dar y recibir amor.
“El deseo de afeccionarse y de recibir afecto. Si van a la escuela del Señor, les enseñará a hacer más hermosos también el afecto y la ternura. Les pondrá en el corazón una intención buena, esa de amar sin poseer: amar sin poseer, de amar a las personas sin desearlas como algo propio, sino dejándolas libres. Porque el amor es libre, no existe amor si no es libre.”

2.4 El amor y la libertad
“Esa libertad que el Señor nos deja cuando nos ama. Él está siempre cerca de nosotros. Existe siempre la tentación de contaminar el afecto con la pretensión instintiva de tomar, de poseer aquello que me gusta. Y esto es egoísmo. Y también la cultura consumista refuerza esta tendencia.

Pero cualquier cosa, cuando se exprime demasiado, se desgasta, se estropea; después uno se queda decepcionado y con el vacío adentro. Si escuchas la voz del Señor, te revelará el secreto de la ternura: interesarse por otra persona. Quiere decir respetarla, protegerla, esperarla. Y esto es lo concreto de la ternura y del amor.”

2.5. “Porque el amor es el don libre de quien tiene el corazón abierto; el amor es una responsabilidad bella que dura toda la vida; es el compromiso cotidiano de quien sabe realizar grandes sueños. Pobres los jóvenes que no saben, no osan soñar. Si un joven a vuestra edad no sabe soñar ya está jubilado. No sirve.”

2.6. “El amor se alimenta de confianza, de respeto y de perdón. El amor no surge porque hablemos de él, sino cuando se vive; no es una poesía bonita para aprender de memoria, sino una opción de vida que se ha de poner en práctica”.

2.7. “¿Cómo podemos crecer en el amor? El secreto está en el Señor: Jesús se nos da a sí mismo en la Santa Misa, nos ofrece el perdón y la paz en la Confesión. Allí aprendemos a acoger su amor, hacerlo nuestro y a difundirlo en el mundo. Y cuando amar parece algo arduo, cuando es difícil decir no a lo que es falso, miren a la cruz del Señor, abrácenla y no se suelten de su mano, que les lleva hacia lo alto y levántense cuando se caen.”

Conclusión
CERTIFICO que fui testigo de primer orden en todo lo que digo acerca de la celebración del Jubileo de los adolescentes en Roma en abril 2016, porque lo oí, vi y viví.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros, a los veintinueve (29) día del mes abril del año del Señor dos mil dieciséis (2016).

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