No hay que ser ningún experto para darse cuenta que se quiere enredar la madeja electoral. Y no se comprende, porque no debe ser un propósito de ninguna de las partes involucradas en el proceso electoral.Pero tantas opiniones sobre muchos asuntos al mismo tiempo indican que estamos en un mar de confusiones. Navegar en esa situación hacia un destino no resulta tarea fácil.
Se presume en todos los actores una actitud fundada en la buena fe. Siendo así, solicitamos que a partir de este momento, cuando se avanza a la hora decisiva, que las partes se enfoquen en lo verdaderamente importante. En esa dirección, convendría evitar las denuncias tremendistas que generalmente resultan imposibles de probar.
Se habla del sistema de contar los votos. Si manual o electrónico. De cualquier manera hay que hacer el conteo, indefectiblemente, o no habría resultados. Nadie desea que eso ocurra.
Entonces las partes deben buscar la mejor vía, sin un ánimo levantisco, que por momentos actúa como si hubiese una trama para presentar resultados amañados.
Alguien llegó a reclamar que sean
“desarmados” los equipos de conteo para saber qué tienen. No deja de ser risible y al mismo tiempo patético.
Diligentemente, la Junta Central Electoral (JCE) ha ordenado la realización de una auditoría técnica a los equipos que servirán para contar y reportar los resultados. Lo hace una empresa ajena a los fabricantes.
Vemos que con las denuncias y reclamos absurdos se alimenta un ambiente de confusión, y en alguna medida de agitación.
Creemos que lo importante ahora es explicar a las personas cómo votar el 15 de mayo. Decirles qué hacer con las boletas cuando se está a solas en la caseta de votación.
Es necesario, dado el volumen de decisiones que debe adoptar el elector. Veintiséis partidos, una agrupación provincial y 7 movimientos municipales van detrás de 4 mil 106 puestos electivos. Desde el Presidente de la República hasta un regidor o un vocal.
Votar podría ser muy sencillo para un determinado universo, pero para otros puede resultar complicado. Urge la campaña sobre la forma de votación. La mejor defensa del voto ahora es enseñar a votar.
