Hace 49 años los dominicanos protagonizaron una sublevación civil y militar con el propósito de reponer el gobierno constitucional de 1963, presidido por Juan Bosch, y restaurar los principios que encarnaba la Constitución de la época. Fue un grito democrático e institucional para recuperar el orden mediante el recurso de la rebelión contra un gobierno de facto.
Aquella acción progresista evolucionó como una guerra patriótica, antiimperialista, cuando el 28 de abril de 1965 se produjo la ocupación de los Estados Unidos. Ese acto del pueblo y de sus fuerzas de avanzada tuvo un extraordinario significado: ¡Qué el pueblo se levantara en armas para restaurar los valores constitucionales! Si hubiese triunfado, el país habría dado un salto histórico, superando el retroceso instaurado con el Triunvirato producto del golpe de Estado. Pero como fue derrotado por la presencia norteamericana, retornamos a un gobierno de fuerza que sin embargo materializó importantes obras de infraestructura, pero con débiles instituciones, todo centralizado en la figura de Joaquín Balaguer. El Congreso y el Poder Judicial eran marionetas sometidas descaradamente a la voluntad del Ejecutivo. La oposición moderada debilitada y dividida, la izquierda radicalizada y perseguida, y el gobierno bajo el influjo de una política de exterminio con el patrocinio de Washington, condujeron al país a un período lúgubre.
1978, con la derrota de Balaguer, marcó una época de mayor apertura y tolerancia política. El país empezó a respirar aires democráticos. Hasta Balaguer fue de nuevo presidente, desde 1986 hasta el 1996, diez años menos duros que los doce de 1966 a 1978, pero igual bajo la conducción de un caudillismo que debió ser parte de la historia.
Pero las sociedades no avanzan en forma rectilínea, sino de manera zigzagueante. Con algunos pasos hacia delante y otros hacia atrás, pero sin detener su curso.
¿Avanzamos? Los analistas sociales pueden avizorar detalles. Hay factores cualitativos sugerentes. Otros verificables, cuantitativos. Quienes estiman el crecimiento en términos del desempeño de las actividades productivas de toda la Nación hacen sus análisis.
Pero gente simple y acuciosa puede hacer hallazgos… ¿Avanzamos? 49 años es mucho tiempo para seguir estancados.