Brutalidad excesiva

Otra vez, los hombres que escoltan al Presidente de la República han agredido a periodistas. Muestran un celo excesivo enfocado en los comunicadores, de modo que estos estén lo más distantes del mandatario.

Otra vez, los hombres que escoltan al Presidente de la República han agredido a periodistas. Muestran un celo excesivo enfocado en los comunicadores, de modo que estos estén lo más distantes del mandatario.Se supone que en cualquier acto donde esté el Presidente de la República, a los representantes de los medios de comunicación se les debe reservar espacios y movilidad para desempeñar su trabajo.

Corresponde a los responsables de la comunicación del Palacio Nacional garantizar el trabajo de los periodistas, y especialmente su integridad física.

Otra vez varios periodistas son objeto de agresiones de parte de los escoltas del Presidente. No asumimos que necesariamente haya intención de agredir a los periodistas. Si no es así, es evidente que no se toman las medidas para que estos puedan cumplir su tarea.

El “estreno” del Presidente de la nueva extensión del Metro de Santo Domingo fue tumultuoso. Todos los espacios fueron copados por funcionarios y colaboradores de Danilo Medina. Llenaron atropelladamente los vagones y hasta los andenes.

No dejaron espacios ni siquiera para los periodistas.

No está en discusión que los escoltas protejan a su Presidente, pero las medidas no pueden ser brutales. Nuestra reportera Diana Rodríguez, en su intento por preguntar al Presidente, fue golpeada rudamente en el estómago por gente de la seguridad. Su frágil anatomía fue impactada sucesivamente en el estómago, hasta ponerla a punto de rodar. El fotógrafo Pedro Bazil, de elCaribe, también fue víctima de varios puñetazos de los guardaespaldas. Y al camarógrafo Cándido Méndez, de CDN, un guardaespaldas del Presidente le dio un codazo en un ojo.

No vamos a pedir explicaciones. No es la primera vez que estos señores agreden los periodistas. Suele ser su proceder.

Reclamamos que la Dirección de Comunicaciones del Palacio Nacional al menos genere las condiciones para que quienes no forman parte de la tumultuosa comitiva del Presidente, puedan cumplir su misión.

¡Qué pena, que la brutalidad de ciertos colaboradores del Presidente no nos deje centralizar nuestro enfoque en una obra como la extensión del Metro de Santo Domingo a la Zona Oriental!

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