Liderazgos y relevo político

Alguien me decía que los líderes políticos dominicanos se retiran cuando mueren, y es porque no hay alternativa, sin negar que algunos aspiran a continuar dirigiendo desde su tumba, lo que, según algunos entendidos, ha ocurrido en nuestra historia,&#8

Alguien me decía que los líderes políticos dominicanos se retiran cuando mueren, y es porque no hay alternativa, sin negar que algunos aspiran a continuar dirigiendo desde su tumba, lo que, según algunos entendidos, ha ocurrido en nuestra historia, y afirman que esos amantes eternos del poder desde “el más allá” han influido en “el más aquí”.

No solo me refiero al liderazgo reconocido en el país. En barrios, pueblos y ciudades aparecen políticos que se consideran insustituibles, que no ceden el paso a nadie, ni por equivocación. Juran que son el centro de todo, como si fueran el corazón de un cuerpo.

Resulta desastrosa la presencia del imprescindible en las instituciones, especialmente cuando en ellas lo juzgan como tal, como si sintieran que sin ese héroe nada funcionaría, estarían desprotegidas, no se podría avanzar…
Cuando la vida de un grupo depende de alguien, sus integrantes deben revisarse, ya que no se valoran como hijos de Dios que pueden trascender y ocupar relevantes espacios para hacer el bien. Por ello muchas organizaciones perecen cuando desaparece su cabeza visible.

Y un real líder no busca ser la única estrella del firmamento, pues su obra la hace de manos con los demás. Decía Lao Tzu que “un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, y cuando su trabajo está hecho y su meta cumplida, ellos dirán: lo hicimos nosotros”.

Es cierto, un líder es necesario, pero eso solo es aplaudible si existe la capacidad de relevo, donde todos tengan la oportunidad de crecer, de caminar con sus propios pies y luchar por cumplir sus sueños. El auténtico líder prepara las condiciones para que su ausencia no sea traumática, pudiendo ser sustituido con relativa facilidad. El líder forma y promueve liderazgos.

Cuando desaparecieron Bosch, Peña Gómez y Balaguer, muchos pensaron que nuestra isla se hundiría, que el futuro sería sombrío, resaltando que los dos primeros dejaron las bases para el reemplazo. Entonces surgieron líderes que asumieron su rol, como el caso del presidente de la República, Danilo Medina.
Recientemente, en los municipios y provincias también han aparecido líderes sin mucha experiencia partidista. Algunos incluso desconocidos hasta hace poco. Y esa renovación se sintió con mayor intensidad en las pasadas elecciones, específicamente en los aspectos congresual y municipal, donde varios de ellos triunfaron.

La elección de jóvenes abarcó a los principales partidos políticos que participaron en el proceso electoral. Este liderazgo naciente ya dinamiza la actividad política y de alguna manera impactará, para iniciar, en la forma de hacer política.
Esperemos ahora que esos jóvenes cumplan su misión con responsabilidad y que en el futuro cedan el paso a la siguiente generación.

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