“Tome leche La Hacienda”

En las próximas semanas seguiremos con la publicación de cartas que han marcado hitos en la historia reciente de nuestro país. Pero, en ocasión de un nuevo aniversario del ajusticiamiento de Rafael Trujillo, coincidiendo con la muerte de Antonio&#8230

En las próximas semanas seguiremos con la publicación de cartas que han marcado hitos en la historia reciente de nuestro país. Pero, en ocasión de un nuevo aniversario del ajusticiamiento de Rafael Trujillo, coincidiendo con la muerte de Antonio Imbert Barrera, hemos recibido una interesante reseña de Ruddy Vásquez Rondón, la cual hemos reproducido en forma resumida y que queremos compartir para que los lectores de esta Página hagan los comentarios que crean necesarios acerca de la situación vivida por el doctor Vásquez, relato in extenso que será reproducido en un libro de su autoría que está en preparación. El doctor Vásquez pertenece a la primera promoción de médicos veterinarios graduados en el país en 1960 y al mismo tiempo se desempeñaba como locutor en la estación radial HIZ.

Tome leche La Hacienda, la mejor leche dominicana.

Con este título expongo a mis lectores esta breve historia.

Este título parece ser el de una historia de ciencia ficción. Pero es una historia verídica. Me paso a mí; hace 55 años; no me había interesado nunca en contarla, pero ya me calculan 83 de edad; y he decidido contarla.
Podría titularla como: El día que estuve a punto de ser fusilado. Este título de “Tome leche La Hacienda, la mejor leche dominicana”, fue un anuncio pasado por la emisora H.I.Z, la noche que ajusticiaron al dictador Trujillo, en mayo de 1961.

Esta emisora era una empresa privada y esto hacia factible el engaño que produjeron los justicieros del dictador. Resulta que la noche del 30 de mayo, el grupo de conjurados que mataron a Trujillo llamaron como a eso de las l0:30 de la noche al locutor de turno de ese día, Lincoln Guerrero, y le pidieron que por favor pasara ese anuncio, y quien llamó se identificó como el coronel Saladín, que a la sazón era el Director General de Telecomunicaciones. El locutor Guerrero tomó notas y procedió a sacar el anuncio en cuestión, unas dos o tres veces en el lapso de una hora. El señor Guerrero se da cuenta del error que cometía, y procede a confirmar llamando al coronel Saladín en persona, para cerciorarse de que estaba narrando dicho anuncio solicitado por él. El coronel Saladín se extraña pues él no había hecho dicha solicitud. Procede a su vez a preguntarle que quién hablaba y de dónde. El locutor se identifica e identifica a la emisora. El coronel Saladín, que ya sabe la información de que a Trujillo algo le pasaba, pues sabía que había sido víctima de un atentado, y no aparecía, procedió a tomar notas e inmediatamente ordena que una patrulla de militares intervenga la HIZ, y tengo entendido que otras emisoras más. Pero en el caso de HIZ, aparentemente con la orden de matar al locutor de turno.

Hábilmente el locutor, al darse cuenta del lío donde se había metido, procedió a cerrar la emisora y se fue huyendo.

Yo había tenido este turno como dije desde hacían tres años, de modo que la Dirección General de Telecomunicaciones me identificaba a mí con ese horario, horario que yo había dejado hacía como tres meses, para tomar el de la mañana, esto es de 6 a 9.

Cuando la patrulla llega esa noche a los estudios de HIZ, solo encuentra al ayudante del locutor. Tomaron preso a ese ayudante y bajaron con él a la parte frontal del edificio.

Cuando llego a las 5:50 am a la emisora, me encuentro con una patrulla de un cabo del ejército y dos guardias, y el ayudante preso. Lógicamente yo no sabía nada de lo que estaba aconteciendo, les paso por el lado, saludo y me dirijo a entrar en el edificio Copelo, donde estaba la emisora.

Los señores me devuelven el saludo y sí oigo que el ayudante les dice en secreto a los militares así: ése es, refiriéndose a mí…Entro al edificio, subo al segundo piso, y desde que abro, oigo el teléfono con una voz muy apurada que me grita desde el otro lado, y pregunta, quién habla, le contesto: es Ruddy Vásquez, a lo que la persona que llama me advierte, por tres veces….¡Ten cuidado con lo que dices!….Le digo, aún no he empezado a trabajar, a lo que el individuo me insiste, es Martínez, de Telecomunicaciones.
¿Qué es? No sé.

Pasada como una hora, oigo que alguien golpeaba la puerta de entrada.

Salgo de la cabina y procedo a abrir. Como una tromba entran seis o siete militares, comandados por un mayor, y preguntaban…. ¿Dónde está el locutor? y yo con la puerta aun en la mano, le contesto…¡Yo soy!…Inmediatamente aquel señor rastrilla una metralleta y pretende tirarme una ráfaga, suerte para mí, que el cabo que había saludado yo a la entrada se abalanzó, diciéndole al mayor….¡No comando, ese joven entró ahora mismo! Transcurren como 10 minutos, cuando escucho los pasos de los militares hacia la cabina. Dentro de las instrucciones recibidas estaba interrogarme.

¿Y cómo usted se llama? ¿De dónde eres? Y otras preguntas. Luego hubo una distensión, le doy las gracias. Él me dijo entonces: es que estamos investigando a unos tipos que se han puesto a decir cosas del Jefe. Yo inmediatamente le digo: Ese no soy yo puesto que soy afín al régimen. No hablamos más, hasta que como a la media hora llega Luis de los Santos, ayudante del dueño y director de la emisora. Pido permiso para ir donde de los Santos y le digo que la emisora estaba intervenida por un comando de las Fuerzas Armadas. Él fue y les saludó y volvió a su escritorio. 15 minutos después, se aparece Hatton, el propietario, y pido permiso para hablar con él. Le comunico que esos militares estaban desde las 11 de la noche afuera.

Converso con el cabo y le digo que mi turno había terminado, y me despidió amablemente.

Tome leche la hacienda la mejor leche dominicana, fue la clave que los conjurados en la muerte de Trujillo usaron para informar al mundo lo que había pasado esa noche en nuestro país. Venezuela fue el receptor de esta información.

Las autoridades del país, pasaban el anuncio al día siguiente por La Voz Dominicana para darle otra connotación.

A eso de las 3 pm se vieron forzados a dar la noticia al mundo. Ante esa situación yo decido, abandonar el país, temeroso de cualquier represalia, y me voy a New York durante 2 años.

Respetamos las declaraciones que hemos reproducido en esta Retro, pero sus conclusiones provocaron que investigáramos acerca del suceso narrado. Hay que recordar que eran tiempos en que se temían invasiones al país, que surgían movimientos clandestinos contrarios al régimen, y en consultas que hemos realizado con militares que aún viven y que vivieron la experiencia del ajusticiamiento de Trujillo, nos indican que “Tome leche…” era el código que tenían los miembros del Ejército para saber que algo importante estaba sucediendo y que debían reportarse de inmediato a sus cuarteles. El código de la Fuerza Aérea Dominicana era “Mañana a las 8 de la mañana, misa en la iglesia del Carmen”, que era la parroquia del barrio de oficiales de San Isidro.

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