Propiedades del hígado de pollo

Se trata de un alimento poco común en nuestra alimentación y que, sin embargo, aporta multitud de beneficios a nuestro organismo.

Se trata de un alimento poco común en nuestra alimentación y que, sin embargo, aporta multitud de beneficios a nuestro organismo. Consumir hígado de pollo ayuda al organismo a construir glóbulos rojos gracias a su alto contenido en vitamina B12, una sustancia que es imprescindible para producir el ADN. Hay que añadir que no es necesario comerlo en grandes cantidades, puesto que el organismo es capaz de almacenar cierta cantidad de esas vitamina B12 durante varios años.

Otro de los beneficios que podemos encontrar en el consumo de esta víscera es que contribuye a reparar los tejidos de nuestro cuerpo, especialmente en el caso de la piel. Por tanto, comer higaditos de pollo permitirá tener una piel mucho más suave y fuerte y que, a su vez, servirá para enfrentar las descamaciones y erupciones. También su consumo repercutirá, de forma positiva, en la salud de los tejidos internos, así como en nuestro tracto gastrointestinal.

Todavía hay más. Quienes incluyan el hígado de pollo en su dieta estarán controlando el colesterol malo y también controlando el estrés, además de que, gracias a su contenido de selenio, tendrá consecuencias positivas en la glándula tiroides. Su preparación la podemos hacer de muchas formas. Aunque su uso más frecuente suele ser en patés. También resulta delicioso a la plancha, guisado, encebollado, frito, en sopas… existen muchas formas de prepararlo.

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