El Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) rindió ayer un informe sobre la construcción de la escuela básica en el sector Los Guandules, en el que definió la obra como un “peligro latente”. Las conclusiones del Codia han puesto en evidencia las faltas de controles existentes para la edificación de planteles escolares. Y esto porque al Codia prácticamente le nació hacer este estudio, gracias a la presión social suscitada sobre esta edificación ubicada en el barrio Los Cocos que, de acuerdo con el mismo Codia, está a menos de 50 metros de la orilla del río Ozama. El informe ha identificado una serie de riesgos sísmicos, de huracanes y alta contaminación, muy cerca del plantel.
También identificó violaciones al “Reglamento para el diseño de plantas físicas escolares”, el R-023, del Ministerio de Obras Públicas. Entre ellas la cercanía de la escuela a la cañada de Bonavides, que hace una función natural de desagüe y de vertedero de la zona. “Por lo que tenemos río, cañada y vertedero”, dice el Codia. En el informe se detectó “un alto grado de contaminación” producido por el cúmulo de desperdicios de la cañada.
“La construcción de ese centro escolar en el lugar pautado constituye un latente peligro, puesto que el terreno está a menos de 50 metros de la orilla del río Ozama y está colindante de la cañada de Bonavides, además de que no cuenta con un estudio hidrológico que definirá el nivel de inundaciones a que estarían expuestos estos terrenos frente a posibles y reales crecidas del río”, informó ayer el presidente del Codia, arquitecto Francisco Mosquea.
“Entendemos que el programa de construcción masiva de unas 29 mil aulas para realizarse en el periodo 2013-2016… ha tenido como una de sus debilidades la falta de terrenos adecuados para el emplazamiento de planteles escolares”, sostiene, por su parte, el informe.
La entidad ha contrapuesto esta obra con algunas disposiciones del R-023 que indica que “se deberá evitar” la edificación de planteles próximos a instalaciones o elementos naturales que representan un riesgo y también cerca de llanuras bajas inundables, contiguo a manglares, ríos o arroyos, aún sean cauces secos.
La comisión que hizo el estudio estuvo a cargo de los ingenieros Antonio Cocco Quezada, José Torres y Esther Morillo. Para llevarlo a cabo, visitaron durante días el lugar donde se inició la edificación, contactaron dirigentes comunitarios en la zona, tuvieron un encuentro informativo con el arquitecto Rodolfo Guzmán y el ingeniero Rafael Pichardo, ambos del Ministerio de Educación, entre otras reuniones. Entre los pobladores que se oponen a la obra están los que recuerdan que cuando el ciclón George, “se tenía que usar las yolas en los alrededores del solar por la inundación de que fue objeto el área”.
Francisco Mosquea dio a conocer estos resultados durante una rueda de prensa e informó que en el transcurso de la mañana de ayer llegaría este documento a los ministerios de Educación y Obras Públicas. Tanto Mosquea como los otros ingenieros que participaron en este informe explicaron que una obra en esa zona no implica que vaya a sucumbir, pero el quid de asunto está en la naturaleza de la construcción que se pretende levantar, porque las escuelas albergan niños y tienen un uso alternativo como refugio. Por eso mencionan la contaminación medioambiental como una de las razones por las cuales el Ministerio de Educación no puede edificarla.
Codia dice que se puede hacer un multiuso
El Codia en el documento hace dos recomendaciones: suspender la edificación de la obra y reubicarla en un espacio con riesgo mínimo y aprovechar la inversión de 30 millones de pesos que ya hizo el Ministerio de Educación con la colocación de pilotes para realizar un multiuso y canchas al aire libre. Educación informó el pasado 14 de julio que los estudios hidrográficos levantados allí arrojaron que era factible la edificación de la escuela.
