La verdad es que nuestro país está caminando por rumbos extraños y aunque ya se ha cuñado la frase de que “perdimos la capacidad del espanto”, suceden cosas que deben llamar la atención de quienes tienen el privilegio de gobernarnos.No sé quien es Ariel Yván Gómez Rubio, pero por su gran poder, su nombre ha llegado a esta columna. Gómez Rubio es fiscal en Barahona y su capacidad de movilización de tropas policiales supera con creces a su jefe, el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito. Miren lo que pudo hacer este jefe en cuestiones de minutos.
“Haciendo uso de la fuerza de manera ilícita, y acompañado de un contingente militar de más de 70 hombres se presentó el pasado viernes 22 del mes en curso, a la vivienda de mi madre, una señora de 87 años, para cobrar una deuda a una hermana, deuda esta conciliada y avanzada en pago. La Dican, el Dicrim y un regimiento de 70 hombres, tres coroneles, pertrechos militares, vehículos y un escándalo infamante de más de una cuadra del Barrio Savica, de mi natal Barahona, provocado por el aparatoso abuso.
Después de llevar secuestrada a María Altagracia Olivero a la Fiscalía, allí cambian la naturaleza del delito. El asunto no es civil, sino penal, bajo la acusación de estafa de haber violado el artículo 405 del Código Procesal Penal, cuya intención es hacer jurídicamente material la aplicación de las penas del artículo 40 de dicho código, para degradarla civilmente y promover su cancelación en el Ministerio de Educación, como maestra, que es el verdadero interés de él y enganchar a una persona de su cercanía”. ¡Cuánta autoridad en una sola persona! Por suerte el juez competente desestimó el caso por ser esta una barbaridad.
Esta descripción de los hechos viene de la Familia Olivero Figuereo cuyo tronco principal la señora Tomasina, conozco hace más de 40 años. Ella es una heroína fundadora de Promoción de la Mujer del Sur y un referente obligado de honradez, sacrificio y coraje. Por ella y el valor de su familia el procurador general Domínguez Brito debe ordenar una investigación.
