“Vale la pena ser periodista”

Al niño Rafael, que nació y creció en Boca Chica, le encantaba contar historias. Papel y lápiz en mano, las plasmaba paso a paso, sin saltarse una línea.

Al niño Rafael, que nació y creció en Boca Chica, le encantaba contar historias. Papel y lápiz en mano, las plasmaba paso a paso, sin saltarse una línea.Eran esos los primeros indicios de su vocación por la comunicación.

Era la manifestación inicial del periodista, comenzaba a trillar el camino que más tarde lo llevaría a las diferentes redacciones de los periódicos dominicanos y lo convertirían en docente por más de 30 años en las aulas de las más importantes escuelas de periodismo del país.

Su dominio de las asignaturas básicas, en los primeros años de la escuela primaria, le dieron la oportunidad de pasar de sexto a octavo, y desde ese momento debió adaptarse a ser el más joven en los grupos de estudios y de trabajo.

Su destacada labor en los medios de comunicación, el rigor y disciplina con que impartió docencia en las aulas y sus escritos, principalmente enfocados en el desarrollo de un ejercicio ético, de calidad y profundidad, le hicieron merecedor, en el año 2012, del Premio Nacional de Periodismo, un galardón con el cual se reconoció su trayectoria como maestro formador de periodistas, reportero, corrector de estilo y ejecutivo en algunos medios impresos como elCaribe, Hoy, El Sol, El Nacional y digitales, como Clave Digital y Acento.

Núñez Grassals es el único que en la Escuela de Periodismo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo ostenta el título de “Meritísimo” por decisión del Consejo Universitario.

Hoy, al mirar atrás, no niega que fue un camino largo, lleno de experiencias difíciles, de situaciones complicadas, pero también de buenos momentos, de grandes satisfacciones, de tiempos llenos de oportunidades para crecer, aprender y ser mejor, para aportar a la sociedad, desde las aulas o en una sala de redacción.

Un camino que con sus altas y bajas, no dudaría en volver a transitar, porque tal como él mismo afirma, después de todo, “vale la pena ser periodista”.

1. Hijo único
Yo soy hijo de Rafael Núñez y de Elisa Araújo Grassals de Núñez. Nací en Boca Chica. Me crié en traje de baño, en el agua. Los fines de semana no me quitaba el traje de baño más. Soy hijo único. Para mí, ser hijo único fue bueno en todo. No me añoñaron, me hablaban como a una persona adulta y eso me hizo una persona madura. Recuerdo que en mi casa me daban dinero para que me comprara ropa y yo compraba una funda de libros, y mi mama me decía: no compraste ropa, gastaste el dinero en libros, vas andar con un libro delante y otro atrás.

2. El más chiquito
Al llegar a sexto curso de la primaria, mi profesora me llamó y me preguntó que quién era yo, y me mandaron a buscar para preguntarme si yo estaba dispuesto a hacer un examen de octavo grado, y yo dije que sí y lo pasé sin arrugas. Entonces pasé a octavo y era el más chiquito de mi curso. No me acomplejé, porque yo tenía dominio de los temas de la clase. Yo siempre trabajaba para sacar más de un 90 en las notas. Me dediqué a leer. Comencé como lector infantil. Cuando aquí se comenzaba a hablar del Corán, ya yo lo había leído y lo había comparado con la Biblia, cuando aún estaba yo en el bachillerato.

3. Contar historias
Siempre, desde niño, me gustó contar historias, por lo que siempre mi vocación fue la de periodista. Cuando encontré la primera oportunidad de trabajar en un periódico me sentí como en mis aguas, en mi terreno. Lo que más me costó, en mis inicios, fue decidir los cierres, porque se te presenta un abanico de contenidos para seleccionar lo que es principal. Decidir los cierres era lo más complicado. Ingresé a la universidad en el año 1963, pertenezco a una de las primeras promociones de la escuela. Uno ingresaba con un examen de ingreso. Recuerdo a una amiga de mi mamá que le dijo que yo lo que me iba era a meter a chismoso.

4. Experiencias laborales
He trabajado en prácticamente todos los periódicos del país. Comencé en elCaribe y fue uno de los últimos en los que trabajé. Recuerdo que en mis inicios el jefe de Redacción de elCaribe era Radhamés Gómez y le habían pedido a un buen estudiante para la redacción, y me enviaron a mí. En ese entonces, en elCaribe se hacía lo que llaman La Guardia, que era un cierre donde el que lo tenía a su cargo, tenía que armar y desarmar el periódico y uno era responsable de lo que salía. La primera vez que me tocó, recuerdo que yo, entusiasmado, hice un análisis y se lo pasé a McKinney, que era el titulador, hacía esa función, al mismo tiempo que era corrector y jefe de Redacción, entonces McKinney se entusiasmó, lo autorizó y me dijo que iría en la página cinco. Yo, que era un novato, no lo firmé. Salió sin firma. Ornes tenía la regla de que todo lo que era interpretación u opinión debía salir firmado, para que se viera que esa no era una opinión del periódico. Cuando vio que ese artículo salió sin firma, Ornes se incomodó y me mandó a cancelar, y Radhamés me defendió. Le preguntó al señor Ornes que si el artículo tenía algo malo o algún defecto, y él le contestó que eso era lo malo, que estaba muy bien. No me cancelaron.

5. El camino
A lo largo de mi carrera me desempeñé como reportero, que fue el área que más me gustó, la que más disfruté, porque el reporterismo es la base del periodismo. Sin reportero no hay periodismo. Después fui asistente de Redacción, jefe de Redacción, subdirector, editorialista, asistente de la dirección. Siendo un muchacho, llegó un momento en que el director estaba fuera del país y el jefe de Redacción fue invitado a un seminario a Costa Rica, y reunieron al personal entero y les dijeron que en ausencia de ellos, el director sería yo. Al final, con el paso del tiempo, llegó el momento de salir. Aunque en realidad, nunca me fui, a mí me sacaron. Cuando tú quieres hacer un periodismo ético, te ponen zancadillas. Los mismos compañeros te traicionan, los directores nunca están conformes contigo. A mí me botaron. Yo no salí. Me botaron. Lo digo con orgullo. Me botaron por bueno, por mal empleado, pero por buen periodista. Cuando uno ya no está en ejercicio, depende de cómo uno haya cultivado las relaciones, seguía tendiendo amigos. Yo las mantengo igual, unos más cercanos otros más lejanos.

6. El periodismo
La carrera de periodismo es una carrera muy sui géneri, tú conoces mucha gente, muchos caracteres diferentes. Culturalmente es muy enriquecedora, si aprovechas los viajes, no para charlatanear o tomar alcohol, sino para conocer culturalmente, tú creces. Gracias al periodismo yo conozco medio mundo. Te puedo decir que vale la pena ser periodista, se aprende mucho.

7. Ejercicio moderno
El ejercicio moderno del periodismo es muy interesante. Tiene mayores recursos financieros y técnicos, pero a veces esos recursos no se aprovechan al máximo. El periodismo de hoy es deficiente, le falta mucho por completar. ¿Dónde está la gran falla? Se ha sustituido el periodismo de datos por el periodismo de fuente. Todo es fulano declaró, o dijo. Antes, todo era de datos, de observación, investigación. Había que pensarlo bien para desmentir a un periodista. No digo que se haga un periodismo malo, digo frágil, hay falta de trabajo y falta de supervisión.

8. El reportero
De todas las posiciones que ocupé, la que más disfruté fue la de reportero, porque esa es la que te da contacto con la gente. En las otras, lo que uno está es sentado en un escritorio. Lo mejor de ser periodista es el contacto con la gente. Como todo en la vida tiene sus cosas malas. Por ejemplo, la gente puede llegar a envanecerse. Uno tiene que estar firme. Yo obtuve el Premio Nacional de Periodismo, que es un premio importante, desde luego, que los gobiernos malos lo usan también demagógicamente para aplacar a algunas gentes, pero para mí, cualquier reconocimiento tiene valor, puede ser un premio de un barrio, un club para mí es lo mismo. El periodismo lo gozo, lo disfruto. Lo más doloroso para mí son las injusticias, comprobar a lo largo del tiempo, que en las empresas no se gratifica al mejor, sino al más servil. Eso duele.

9. El profesor
Haber impartido docencia por 30 años, fue muy interesante, no puedo decir que fuera complicado. Pienso que educar permite un interesante intercambio de experiencia. A mí no me pasaban los estudiantes con sonrisas, había que estudiar y fajarse. A las muchachas bonitas, les decía: “sin simpatías”. En mi caso siempre fui buen estudiante. El último curso que hice fue un curso internacional de Diseño, Planificación y Ejecución en Internet, dirigido por una institución llamada Virtual Educa, donde participaron 180 académicos de toda América, y yo obtuve la mejor nota, un 94, y me enviaron una carta de felicitación.

10. Vida y familia
Tengo cuatro hijos, son cuatro ingenieros. Ninguno es periodista, ni médico. Su madre, Liliam María Santana, es médico, oncóloga. Ella y yo nos conocimos en la universidad, en el grupo Fragua. Recuerdo que su tesis yo la pase a máquina, y yo la relajaba, le decía que ella escribía muy mal.

La importancia de la ética

“Siempre, en el ejercicio de la profesión periodística ha habido debilidades, pero ahora son muy groseras, por ejemplo con los políticos y algunos sectores empresariales. La primera experiencia que tengo en ese sentido, sucedió cuando era yo un jovencito de 19 años, en mis inicios, en una rueda de prensa en el hotel El Embajador, convocada por unos abogados; uno de ellos se me acerca, me abraza y me felicita por mi trabajo, pero al mismo tiempo me va arrastrando para un baño y me puso en el bolsillo de la camisa un bollo de papeletas. Yo nunca había visto tanto dinero junto, y yo le dije: mire, con esas sucias manos que me puso ese dinero ahí, con esas mismas manos usted lo va a sacar o voy al salón y denuncio la grosería que usted acaba de hacer. Le tumbé el pulso. Lo obligué a que me sacara el dinero y le dije que con hacer eso, había corregido su error. Esa fue una experiencia dura, las otras eran las amenazas fuertes. Yo recibí todo tipo de amenazas. Siempre tuve dificultades con sectores empresariales y políticos. Recuerdo uno en específico que se dedicó a chismearme con el director, pero el director fue tan responsable que lo sentó frente a mí para que dijera frente a mí todo lo que él decía. Se quedó sin palabras, porque solo sabía hablar por la espalda, como todos los cobardes”.  

Orgullo
Lo que más me enorgullece es no haberme dejado torcer el brazo. Haber resistido todo tipo de presiones”.

Recursos
El ejercicio moderno del periodismo tiene mayores recursos financieros y técnicos, pero a veces esos recursos no se aprovechan al máximo”.

Recursos
El ejercicio moderno del periodismo tiene mayores recursos financieros y técnicos, pero a veces esos recursos no se aprovechan al máximo”.

Deficiente
El periodismo de hoy es deficiente, le falta mucho por completar. Se ha sustituido el periodismo de datos por el periodismo de fuentes”.

Culturalmente
El periodismo es muy enriquecedor, si aprovechas los viajes no para charlatanear o tomar alcohol, sino para conocer”.

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