El tema reforestación es receptor de una gran cantidad de iniciativas, proyectos, programas y propuestas que se conciben desde los sectores público y privado. No es exagerado decir que se trata del sector que mayor preocupación teórica concita.
Y no es para menos. La deforestación a que ha sido sometido el territorio dominicano, con su secuela de desaparición de ríos y arroyos, hace que cualquier iniciativa que se tome resulte pequeña para los males que hay que remediar.
Con una visión muy particular el presidente Danilo Medina está poniendo los ojos en la situación forestal. Hasta el momento se ha concentrado en la región Sur, pero se entiende que su acción será más abarcadora, tanto como la situación lo amerite.
El pasado fin de semana el Presidente de la República visitó el municipio Hondo Valle, de la provincia Elías Piña, donde lanzó un proyecto forestal cuya ejecución costará más de 700 millones de pesos está llamado a recuperar las riquezas forestales de las montañas de la zona.
El presidente Medina, que ha dicho que en el cuatrienio que acaba de iniciar el tema agua será prioridad, se reunió con productores de Hondo Valle, a quienes les explicó las razones del proyecto, con la advertencia de que “a partir de ahora, el que se meta a deforestar va preso”. En el estilo del gobernante pareció una frase un poco desentonada con su forma. Pero por la cultura de la población dominicana, especialmente la de la zona rural, se entiende que fue una forma de dejar en claro que la cosa va en serio.
El problema de la deforestación necesita acciones y decisiones en serio. Quienes han sobrevolado la zona visitada por el Presidente saben que es así. El propio mandatario en un viaje reciente se alarmó por el panorama que observó.
Y lo peor del caso es que esa es solo una proporción menor del problema. En Los Haitises y lugares de la cordillera Central la deforestación causada por actividades agrícolas del llamado método de conuquismo y para la producción de carbón vegetal, es grave.
La cordillera Central es la “madre” de los principales ríos del país. Hay que defenderla a capa y espada. En esa zona se necesitan programas como el de Hondo Valle. El Presidente debe extender su iniciativa.
