Un monumento construido por fe

República Dominicana es un país que se caracteriza por la fe de su pueblo y por sus grandes atractivos turísticos. Por tal razón, dentro de sus ofertas al visitante no se escapan las de turismo religioso.

República Dominicana es un país que se caracteriza por la fe de su pueblo y por sus grandes atractivos turísticos. Por tal razón, dentro de sus ofertas al visitante no se escapan las de turismo religioso.Entre los puntos a visitar más atractivos en cuanto a este tema, están: la Catedral Primada de América, ubicada en la Zona Colonial de Santo Domingo; la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, en Higüey; el Santuario a la Virgen de las Mercedes, conocido comúnmente como El Santo Cerro, que se encuentra en La Vega, y el Monumento al Divino Niño, construido en la montaña “El Gajo del Maíz” –la más alta de Constanza- sección Maldonado.

Este último monumento, que le agrega un atractivo más al “Valle encantado del Caribe”, fue levantado hace alrededor de cuatro años por Antonio Manuel Camilo para rendirle honor al niño Jesús, debido a que, según cuenta, lo liberó del cáncer de colon que padecía.

La escultura de este santuario tiene 26 pies de elevación y el pedestal 22.44, totalizando 48.44 pies de altura. La imagen que representa al niño Jesús tiene un peso de unas 12 toneladas y está construida en una fuerte estructura compuesta por acero, concreto armado y revestida con planchuelas de mármol rosado y blanco.

Al subir por la escalinata y llegar al segundo nivel, se puede encontrar un pasillo que rodea la estructura, lo que permite el acceso al público, quienes desde allí pueden contemplar el esplendor del Valle de Constanza y respirar el aire fresco de la naturaleza.

Debajo de la gigantesca estatua fue colocado un hermoso cajón dividido en cuatro partes, donde los devotos depositan sus ofrendas. Allí se pueden apreciar imágenes de la Virgen de la Altagracia, madre del Divino Niño. También hay un salón donde la gente enciende velones y se acomoda para, de rodillas, elevar sus plegarias a Dios. Además, hay una tienda donde el público puede adquirir imágenes y otros objetos alusivos al Divino Niño.

Los últimos domingos de cada mes se celebra una misa en la explanada del santuario, donde asisten miles de personas que recorren los tres kilómetros de camino lleno de cascajo, transitando por una empinada pendiente, la mayoría de ellos a pie o montadas en la parte trasera de camiones, movidos por la fe. Con esta ceremonia contribuyen a propagar la veneración al milagroso Niño, y a que los que tienen situaciones de fe le soliciten las particulares ayudas.

Testimonio

Antonio Manuel Camilo, narra que decidió levantar esta estructura motivado por un sueño de sanación, lo que consideró un milagro. Estaba en proceso de quimioterapia y casi desahuciado por los médicos que le atendían. Padecía de cáncer de colon desde el año 2007 y debido a lo avanzada que estaba la enfermedad, los médicos le habían revelado que no había nada que hacer.

Luego de 24 quimioterapias y 25 radioterapias y con la fe puesta en Dios, una noche, durante una tormenta, tuvo un sueño en el que su madre muerta le indicó que solo se apegara al Divino Niño y así obtendría su sanación. Contó que hasta el momento conserva una estatuilla y varias estampas con oraciones que ella le había regalado en su intento de que se apegara de su fe.

“Partiendo de esta revelación, me dediqué a solicitar colaboraciones y muchos se sintieron motivados para ver realizado este grandioso monumento al Divino Niño Jesús. La edificación de la estatua se inició en enero de 2011, y se terminó el 22 de octubre”, explicó Camilo, quien informó que el escultor dominicano Ramón Osorio fue el responsable de construir la estructura.

El Monumento al Divino Niño fue construido en una finca que para ese entonces era un predio baldío. No había caminos, la pendiente a la montaña se hacía a pie y luchando contra las malezas y los arbustos, lo que dificultaba el paso.
Posteriormente, se hizo un angosto trillo a puro chapeo con colines y así se empezó a darle forma a este monumento que hoy día constituye uno de los lugares turísticos que se hace obligatorio visitar en esta isla del Caribe.

En el lugar se pueden apreciar, además, plantaciones de aguacate, macadamia y pinos, entre otras especies.

También hay una laguna, donde habitan peces y patos; una casita muy decorada entre los pinos y camino interno. En esta casa vive el encargado de la finca con su familia.

En su entorno se han ido creando obras de infraestructura y siembras que embellecen el área.

Ubicación
El santuario se encuentra a más de 1 600 pies de altura y se puede ingresar a éste por una popular calle denominada El Gajo del Maíz, entrando por la sección El Cercado de Constanza. Cientos de personas llegan semanalmente por diferentes vías, unos a pie, otros en motores o en vehículos pesados, a rendir tributo a esta figura religiosa que es de gran atractivo desde que se le ve cuando entras a Constanza.

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