Por una minería moderna

El ministro de Energía y Minas ha dicho que el país tiene una ley minera “obsoleta y jurásica”, una definición que de primera intención está llamada a producir risa pero que luego de una meditación profunda, necesita una reflexión más selecti

El ministro de Energía y Minas ha dicho que el país tiene una ley minera “obsoleta y jurásica”, una definición que de primera intención está llamada a producir risa pero que luego de una meditación profunda, necesita una reflexión más selectiva.Los términos jurásico y obsoleto tienen un gran vínculo, cuando de minería se trata, pues el primero define a un período de la era secundaria donde abundaban las calizas, margas y arcillas, mientras que el segundo refiere o denomina cosas que no se usan en la actualidad, que han quedado anticuadas.

La minería dominicana es una actividad que ha traspasado el umbral de las calizas y arcillas, y la Ley Minera sí se usa, aunque sea por obligación. Pero tiene una dilatada vida, que por esa condición ya no puede considerarse útil.

Es claro que una actividad de tanta importancia en la economía dominicana, como la minería, por su peso en las exportaciones y la consiguiente generación de divisas, necesita ser regida por una legislación moderna, actualizada. La reglamentación actual data del año 1971, lo que implica que tiene 45 años.El Ministerio de Energía y Minas está apostando, según ha dicho su titular Antonio Isa Conde, por una reforma a la legislación minera, con el propósito de reducir el tiempo de duración para las futuras concesiones y la extensión de las áreas, y para que haya más rigurosidad en la fiscalización minera, en especial en los aspectos relacionados a la protección al medio ambiente.

En este último aspecto, es interés de las autoridades mineras, y del país en sentido general, que la legislación que se apruebe sea más enérgica en la ordenanza a las empresas mineras a remediar los pasivos ambientales que sus operaciones extractivas producen.

Es un aspecto que debe ser previsto y establecido claramente en la legislación que se apruebe, para obligar a que se practique una minería responsable y evitar que se repitan situaciones como en el pasado, con la antigua Rosario Dominicana, cuyos efectos nocivos al medio ambiente todavía no han sido corregidos completamente.

La minería es una actividad importante y necesaria para la economía y para ayudar a financiar el desarrollo del país, pero ejercida en forma responsable. Es tiempo de contar con una legislación que asegure una mejor fiscalización minera, para garantizar mayor responsabilidad en la explotación de los recursos de la naturaleza, que son agotables.

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