En el marco de las celebraciones por la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, diferentes entidades, en particular aquellas que se encuentran en el área ferial, acostumbran a presentar una programación acorde con la misma. Es de este modo que la dirección del Museo de Arte Moderno (MAM) ha procurado que las obras que exhiben guarde cierta relación con la literatura. Tanto es así que en los salones del MAM se ha querido destacar, a partir de la gráfica, los aportes realizados por la literatura española en el contexto global, específicamente, en lo que concierne a esa figura universal que fue Miguel de Cervantes Saavedra.
Curiosamente, cuando fijamos la atención en un personaje como Cervantes, casi siempre se le asocia con el Quijote de la Mancha, obra cumbre no sólo para el autor, sino para las letras en general. Sin embargo, y a pesar de que la vida de Don Miguel está muy asociada al nombrado amigo de Sancho Panza, aquel hidalgo que más que valiente fue un romántico aventurero, notaremos que en la muestra lo que se pretende destacar es la vida de un ciudadano común y corriente, es decir, Miguel de Cervantes Saavedra, aquel escritor cualquiera de su tiempo que sin proponérselo, en medio de su desventura, más tarde, pasó a ser una de las figuras cumbres para la literatura universal.
Así pues, con gran energía, los ilustradores David Rubín y Miguelanxo Prado, se encargan de dar vida a las escenas que rodearon al increíble personaje que dio vida a nuestro muy conocido Quijote. Imágenes sumamente realistas recrean a un Cervantes que, abatido por los años, las vicisitudes y el paso del tiempo, se muestra persistente y enfocado en su oficio de escritor.
Parecería incluso que las historias narradas por el laureado escritor emergieran de su locura y que todo este entramado fuera a su vez medio de inspiración para que lleguen a nosotros las noticias de un ente cargado de imaginación, el cual hace de su demencia una obra de arte.
