Matthew amenaza Jamaica y Haití como huracán de categoría 4

KINGSTON, Jamaica— Uno de los huracanes más poderosos en el Atlántico en la historia reciente se desplazaba el domingo en el mar Caribe en una trayectoria en la que amenaza a Jamaica y Haití, donde los habitantes se apresuraban a hacer acopio de&#823

KINGSTON, Jamaica— Uno de los huracanes más poderosos en el Atlántico en la historia reciente se desplazaba el domingo en el mar Caribe en una trayectoria en la que amenaza a Jamaica y Haití, donde los habitantes se apresuraban a hacer acopio de suministros de emergencia y las autoridades instaban a la gente a evacuar las zonas amenazadas.

Matthew alcanzó brevemente la máxima clasificación de un huracán, categoría 5, antes de debilitarse ligeramente a categoría 4, con vientos de 240 kilómetros por hora (150 millas por hora). Es el huracán más fuerte en la zona desde Félix, en 2007.

Aunque las previsiones iniciales apuntaban a que Matthew pasara cerca o sobre el extremo oriental de Jamaica, la última previsión apuntaba a un giro hacia el este y la posibilidad de que la tormenta golpeara el lunes el extremo suroccidental de Haití el lunes. Se emitió una alerta por huracán para el empobrecido país, que comparte la isla de La Española con República Dominicana.

La deforestación ha aumentado de forma considerable el riesgo de inundaciones y deslaves devastadores en Haití, lo que combinado con las endebles estructuras de muchas viviendas y edificios implica que Matthew podría asestar un golpe devastador al país.

Se espera que tras pasar sobre Jamaica y Haití, Matthew llegue a Cuba el martes, donde podría golpear de forma directa a la base de la marina estadounidense en la bahía de Guantánamo.

La base emitió una orden de evacuación obligatoria del personal no imprescindible, incluidos unos 700 familiares del personal militar, y se indicó a quienes permanecieran en el lugar que buscaran refugio, dijo Julie Ann Ripley, una portavoz.

Unas 5.500 personas viven en la base, entre ellas 61 presos en el centro de detención.

El rumbo previsto de la tormenta también podría llevar a Matthew a Bahamas, con una pequeña posibilidad de que roce Florida, aunque eso sería dentro de varios días.

«Es muy pronto para determinar qué efectos, si es que alguno, habría en Estados Unidos y Florida», dijo Dennis Feltgen, portavoz del Centro de Huracanes.

En Haití, funcionarios de protección civil alertaron sobre fuerte oleaje y marejada, y señalaron que el país podría afrontar una «alta amenaza» debido al meteoro, que se espera empiece a afectar a Haití y Jamaica el domingo por la noche. Las autoridades pidieron a las familias que preparasen alimentos y agua para emergencias.

La oficina de gestión de emergencia prohibió la navegación, especialmente en la costa sur del empobrecido país.

En Jamaica, donde también había alerta de huracán, las inundaciones cortaron temporalmente la carretera que conecta la capital con su aeropuerto. La gente empezaba a seguir las peticiones de trasladarse desde las islas pequeñas y zonas cercanas a cauces en áreas rural, dijo Carl Ferguson, responsable de la policía de Marina.

Los residentes de la capital, Kingston, abarrotaron los supermercados para comprar agua embotellada, comida en lata y pilas. En la ciudad costera de Port Royal, las autoridades instaban a los vecinos a refugiarse en albergues del gobierno cuando abrieran el domingo.

Los jamaicanos están acostumbrados a las tormentas fuertes, pero el huracán Matthew se veía especialmente amenazador. En su momento de mayor fuerza fue más poderoso que el huracán Gilbert, que tocó tierra en la isla en septiembre de 1988 y fue la tormenta más destructiva en la historia moderna del país.

A las 5 de la madrugada EDT (0900 GMT), la tormenta tenía su centro unos 555 kilómetros (345 millas) al sur suroeste de Puerto Príncipe, Haití. Viajaba hacia el norte-noroeste a 7 kph (5mph).

Matthew pasó antes junto al extremo norteño de Sudamérica, donde había noticias sobre al menos dos muertes.

Sin embargo, las autoridades comprobaron con alivio que los daños parecían mínimos, pese a las inundaciones en localidades de la península colombiana de La Guajira. Algunas autoridades locales incluso agradecieron la lluvia, tras años de sequía en una zona golpeada por la pobreza.

Las familias regresan a sus casas de las que fueron desalojadas, dijo el gobernador de La Guajira, Jorge Vélez. Los diques y los pozos se llenaron, la tierra se ha humedecido y esto beneficia la agricultura en una zona donde no ha llovido durante cinco años, lo que es positivo para la comunidad, agregó.

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