Roban por quinta vez en la iglesia San Antonio

Santiago. Las campanas donadas en el siglo XIX por sacerdotes españoles de la orden de los franciscanos a la iglesia San Antonio, ubicada en la parte baja de esta ciudad, fueron robadas.

Santiago. Las campanas donadas en el siglo XIX por sacerdotes españoles de la orden de los franciscanos a la iglesia San Antonio, ubicada en la parte baja de esta ciudad, fueron robadas.Fray Juan Mena dijo a elCaribe que con esta es la quinta ocasión que los ladrones penetran el templo ubicado en la calle Del Sol, pero está bordeada por diferentes barrios y muy próxima al Hospedaje Yaque. “Solamente en horas de la noche han penetrado en tres ocasiones y pensamos que se trata de los piperos de la barriada que tal vez vendan algo con un valor histórico en doscientos pesos”, refirió el religioso.

En horas del día también han penetrado y cargado hasta con los candados, papel de baño, jabón, tapas de los inodoros y baterías, sin que se haya apresado a los responsables. Las campanas, que tienen un peso aproximado de 50 libras, estaban ubicadas en la parte más alta del histórico templo, por lo que para penetrar debieron escalar una pared hasta llegar al techo.

Fray Juan Mena espera que las autoridades policiales refuercen el patrullaje por esa zona, tanto en horas del día como de la noche, debido a la inseguridad existente. Aunque agentes de la policía científica acudieron al lugar, hasta el momento no han dado respuesta de quienes fueron los responsables de cargar con las dos campanas, sin embargo esperan que puedan rescatar estas reliquias.

El historiador Edwin Espinal recordó que la actual edificación donde funciona la iglesia San Antonio es de 1912, pero hubo una anterior construida en 1901. La más antigua, levantada en madera y posteriormente construyó otro templo para reemplazar el destruido por el terremoto de 1842, que databa de la época colonial. El culto a San Antonio se remonta al siglo XVII.

Los casos de robos y hasta asaltos en las iglesias siguen reduciendo el número de feligreses, al punto de que muchas misas que eran oficiadas a las seis de la mañana, ahora se hacen a las siete y ocho, es decir, adelantaron una hora para evitar estos robos.

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