Recientemente, leí el Informe: Tendencias que transforman la Educación (Trends Shaping Education) elaborado y publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) este año. Este organismo, dedicado a la cooperación internacional, es uno de los foros de influencia mundial, que estudia y marca pautas importantes sobre educación, economía y medio ambiente.
El Informe, brinda información muy pertinente sobre las tendencias mundiales que afectan el presente y futuro de la educación; plantea inquietudes que los responsables de políticas educativas, proveedores de servicios educativos y ciudadanos en general, deberíamos responder, a partir de estas firmes tendencias. El documento “no da respuestas concluyentes, no es un informe analítico, ni es un compendio estadístico. Es más bien un estímulo para reflexionar sobre las principales tendencias que tienen potencial para influir en la educación, y viceversa, el potencial de la educación para influir sobre estas tendencias”.
Las tendencias se presentan desde lo macro global hasta lo micro, la familia como célula social más pequeña. Se parte del análisis de la globalización, que mueve personas, culturas, lenguas y modelos de vida. Un fenómeno que ha cambiado políticas económicas y modelos financieros, amén a las grandes desigualdades que deja evidenciado entre y dentro de los países.
El documento continúa con el nuevo papel del Estado-Nación. Por un lado, debe preservar su rol tradicional de proveedor de bienestar social, y, por el otro, asumir complejos retos como coadyuvar a la adquisición de las capacidades de trabajo de sus ciudadanos para apalancar el desarrollo de su país, integrar ¡sin sesgos! a la mujer a la productividad, equilibrar el gasto público frente a las múltiples demandas, etc.
¿Las ciudades son los nuevos países? se constituye en su tercera sección, que analiza el fenómeno de las megaciudades, y sus implicaciones. Asimismo, se examinan los nuevos modelos de familia: madres insertas en el trabajo productivo, familias monoparentales, familias más pequeñas, pero con enormes demandas de bienes y servicios, a la vez que enfrentan nuevas tensiones. El capítulo, ¿Un mundo feliz? estudia cómo los enormes avances tecnológicos, a la vez que permiten cercanía, flexibilidad y bienestar, traen consigo grandes riesgos y paradojas.
Al final, el Informe relaciona cada tendencia con la educación, y, lo más interesante, nos invita a reflexionar a partir de esas tendencias sobre nuestro sistema educativo y nuestro propio trabajo. ¡Hagamos el ejercicio!
