Juan Francisco y su criptonita

Una vez un bate temido, Juan Francisco ha ido perdiendo ese nivel que le tenía por encima de la liga invernal.

Una vez un bate temido, Juan Francisco ha ido perdiendo ese nivel que le tenía por encima de la liga invernal. Como si se tratara de Clark Kent, el mismo de Superman, chocó con una fuerte dosis de criptonita.

Estamos hablando de quien hace varios años atrás era el dueño del torneo, el llamado Mister 411 en las filas azules. No ha sido el mismo en las últimas campañas. Se le ve más concentrado en la pared y no en embasarse, en ser productivo.

Vamos a estar claros, nadie puede pensar que la sacará en todos los turnos. Más fácil se cuentan los ladrillos de la Gran Muralla China.

Francisco viene de una lesión en su tendón de Aquiles izquierdo, que es un golpe fuerte en la carrera de cualquier atleta. Hay que darle ese beneficio.

En la estación 2013-14, bateó .260 con tres jonrones y 24 empujadas en 40 partidos con los Tigres. También fue el año de su gran cuadrangular contra los Gigantes en el famoso partido decisivo. En 2014-15, bateó para .217, aunque dio siete vuelacercas y produjo 27 anotaciones en 39 choques.

Esta campaña ha sido para el olvido: tiene promedio de .118. Sus dos jonrones han sido en el Julián Javier (donde lleva de 10-2) al igual que sus cuatro empujadas. En el resto de los estadios, según nuestro encargado de estadísticas, Samuel Félix, lleva de 41-4 y batea para .098. Llegó a estar de 22-0 antes de su primer imparable.

Ayer salió de emergente en el partido ante las Águilas Cibaeñas. Decir eso hace tres temporadas era un pecado.

Pero ahí está el mensaje que Juan debe captar: la pelota, como la vida, te enseña de diferentes maneras. Unos escogen la vía ideal, pero otros no lo hacen hasta que chocan con el muro de la realidad, uno de los impactos que más duelen.

No importa lo bueno que seas, nadie está por encima del juego.

Su talento está ahí. Debe trabajar sin parar y cambiar de actitud.

Juan apenas tiene 29 años y mucha experiencia. Son muchos los que desarrollan tarde. Tiene toda la oportunidad de recuperar el terreno perdido.

Espero que tenga presente que la pared es uno de esos amores peligrosos que hay que soltar o se paga por ello. 

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