El aguinaldo prevalece, resaltó un significativo reportaje de elCaribe por Jessica Bonifacio.
La tradición ha disminuido pero todavía vive, ciertamente. He alcanzado ya a oír algunos en mi sector. Percibir los villancicos a distancia me trae recuerdos de infancia, cuando nuestras ciudades eran seguras y la gente abría confiada las puertas de las casas para gozárselos. En 2000 viví un aguinaldo inolvidable: la Rondalla de la UASD sorprendió al difunto músico Carlos Piantini en su residencia de Miami. ¡Cómo lloró emocionado el maestro! Este diciembre nos llega casualmente con la sombra trágica de las recientes lluvias. El ambiente no va con fiestas estruendosas ni dispendios pero un típico aguinaldo criollo, con su peculiar sonoridad y sencilla amabilidad conforta el alma. ¡Venga! l
