“La vida me ha regalado muchas bendiciones”

Domingo Marte ingeniero agrónomo, escritor, poeta y ex secretario de Agricultura Aventurero, jocoso, risueño, de carácter enérgico, pero, sobre todo, un ser humano con un gran corazón. Estas podrían ser las características que definen a Domingo&#82

Domingo Marte
ingeniero agrónomo, escritor, poeta y ex secretario de Agricultura

Aventurero, jocoso, risueño, de carácter enérgico, pero, sobre todo, un ser humano con un gran corazón. Estas podrían ser las características que definen a Domingo Marte, escritor y poeta innato y ex secretario de Agricultura durante el gobierno de Jorge Blanco en 1984. Pero quienes lo conocen saben que hay algo más que lo distingue: su amor por la naturaleza, el que cultivó desde muy pequeño, quizás por haber nacido en San Francisco de Macorís al lado del río Jaya.

A los nueve años vio por primera vez el mar, cuando su familia decidió mudarse al municipio de Nagua, lo que acentuó aún más su amor por el medio ambiente .“Desde que llegamos a esa tierra preciosa me fui corriendo a la playa y me entusiasmé con su belleza. Supe que el mar estaba vivo cuando me habló con el sonido incesante de las olas y la llovizna fina de su salado aliento”, cuenta Marte con amor y nostalgia, quien hoy cuenta con 78 años de edad.

Estudió Agronomía, carrera que le permitió disfrutar el sabor y el olor de la tierra, de conocer de punta a punta el país, pero sobre todo, de aportar un granito de arena para cuidar su amado medio ambiente, sueño que ve concretado con la reciente realización del libro “Ecos de la Costa, Travesía por el Litoral Marino Dominicano”, auspiciado por el Banco Popular Dominicano.

La obra recorre las 227 playas del país, invitando a descubrir la riqueza natural del litoral dominicano y a practicar un manejo adecuado y sostenible de sus recursos marinos y costeros. A la vez, forma parte de un proyecto de narrativa transmedia, donde el mensaje del libro se despliega en múltiples plataformas de comunicación, como un audiovisual y una aplicación móvil que incluye visitas en 260 grados de las playas y sus entornos sociales, culturales y humanos. “Ecos de la Costa, Travesía por el Litoral Marino Dominicano”, está escrito en español, inglés y francés, de modo que se pueda difundir a nivel mundial. Marte explica que la idea es que el texto sirva de promoción de nuestro país a nivel mundial. El libro forma parte de la serie que anualmente auspicia el Banco Popular Dominicano para reforzar los ámbitos de la cultura, la educación, los valores históricos, artísticos y espirituales de los dominicanos, así como la protección del medio ambiente. Además, la publicación respalda el compromiso de la entidad bancaria con la promoción del país como primer destino turístico del Caribe insular. La realización de este libro, que para su autor constituye un legado para el país, forma parte de los momentos importantes de su vida, pero hay otros que él recuerda con amor, nostalgia, y hasta con tristeza.

1. Mudanza a Nagua

La mudanza, para las personas que tenemos espíritu de aventurero, pero en el más sano sentido de descubrir y conocer la naturaleza, siempre constituye un cambio positivo. Allí conocí y viví momentos importantes de mi vida. En esa época, exploré el río Yuna y descubrí hermosas “jurunelas”. También me marcó mucho volver a San Francisco de Macorís, donde hice el bachillerato y donde nació mi interés por la escritura. Allí conocí a Yaqui Núnez del Risco, junto a quien participé en las veladas que él organizaba y en los programas radiales que también tenía. Para ese entonces, siendo un muchacho yo escribía cosas costumbristas, como décimas. Fue una etapa muy bonita.

2. Graduación de agrónomo

Me gradué de agrónomo en el Instituto Técnico Loyola, y luego me fui nuevamente a vivir a Nagua para trabajar como tasador del Banco Agrícola, y esto me dio la oportunidad de conocer mejor al agricultor dominicano, lo que en mí se constituyó en una delicia. Me emocionaba mucho cada vez que tenía que salir por los campos con un legajo de inspecciones para realizar . Hace como dos meses fui a Nagua a un lugar que se llama Boba, a buscar el señor que me cargaba el maletín cuando era tasador (hace 50 y pico de años) y encontrarlo y rememorar tantos momentos agradables fue muy satisfactorio para mí.

3. Profesor en el liceo de Nagua

Cuando me gradué de bachiller tuve la oportunidad de ser profesor de matemáticas y algebra, ya que estudié ciencias exactas. La abuela de Jatna Tavárez, Doña Aurora Tavárez, una señora con una cultura tremenda, me aconsejó que estudiara literatura, porque entendía que tenía vocación para ello, pero a mí siempre me ha gustado enseñar. Para mí fue un gran orgullo ser profesor de bachillerato, siendo yo un muchacho, y donde compartía la enseñanza con maestros que iban a impartir clases al liceo desde San Francisco de Macorís.

4. Docente en el Loyola

Entro al Loyola becado, porque mis papás no tenían los medios para enviarme a la universidad. Aunque ya era bachiller, tuve que comenzar como si hubiera salido de un octavo curso y volver a estudiar, aunque a nivel técnico. Además de realizar estudios técnicos de agronomía, escribía parodias, canciones y versos, y junto al sacerdote Mendía establecimos el Centro Cultural Recreativo, del cual llegué a ser presidente.

Cuando cursaba el último año, el padre Luis Arias, rector de la entidad en aquellos tiempos, me propuso que fuera profesor y acepté feliz. Me encargaba de preparar a los alumnos que entraban a los cursos técnicos. El Loyola fue para mí una escuela de disciplina. En ese tiempo mataron a Trujillo, las cosas estaban muy difíciles, se me había amenazado de muerte y dejé de impartir clases.

5. La Revolución de Abril

Es un momento de mucha tristeza, pero debo mencionarlo porque me marcó mucho. En ese tiempo vivía en Ciudad Nueva, yo andaba con un revolver enganchado, aunque sin ninguna intención, pero cuando se es joven se tienen muchos ideales y muchas inquietudes. Yo tenía un hermano que se llamaba René, que había sido marino de los hombres Rana. Era una persona aguerrida, él andaba montando bazucas en los edificios el día de la revolución, que fue un 24 de abril, y el 28 fueron a avisar a mi casa que lo habían matado. Para rescatar su cadáver, salí con mi amigo Ignacio Caraballo, bajo una lluvia de balas. Fueron momentos muy duros para toda la familia, porque lo peor es cuando no esperas la muerte de un ser querido. Él tenía 22 años.

6. Estudios en universidad de Texas

Aquí estudié Agronomía y tuve la misma ventaja que cuando ingresé al Loyola a estudiar la misma carrera a nivel técnico. Como contaba con experiencia, que me permitía hasta discutirles a algunos profesores, no tuve que cursar algebra, trigonometría y otras materias. Me gradué con honores en tiempo record…tres años. Fue un etapa muy interesante, donde hice buenas amistades, como es el caso de Luis González Fabra, que se convirtió en mi compadre, y donde también aprendí que hay que trabajar para conseguir lo que uno quiere. Recuerdo que la hija del rector de la universidad, siendo una niña rica, era mesera de un restaurante. En esa sociedad no hay prurito de que se es hijo de papi y mami.

7. Encuentro con su compañerade vida

Cuando regresé de Texas, tenía como 32 años y ya tenía deseos de encontrar una compañera para formar una familia. Un amigo (que ya murió) me invitó a Nagua para presentarme a una prima que era muy buenamoza y rica. Pero, sucede que yo era muy enamoradizo e iba con la intención de conocer a dos muchachas más. Cuando llego, fui a un bar, y cuando entro un amigo que bailaba con una rubia despampanante me ve, me saluda y me deja bailando con ella. En el mismo momento se me olvidaron las otras tres. Ella era Denny Tavárez, la que hoy es mi esposa. Al otro día la invité a un recorrido en barca por el río Boba y hasta le canté. A los siete meses de noviazgo le propuse matrimonio, y ella aceptó gritándolo a todo mundo en medio de la calle, así como en las películas. Fue un momento cumbre en mi vida porque ella ha sido una bendición de Dios para mí. Una mujer dulce, comprensiva, inteligente, noble, y encima… bella.

8. Nacimiento de mis hijos

El nacimiento de mi hijo Emmanuel fue algo espectacular, porque yo estaba fuera del país estudiando en la universidad de Nasville, Florida. Y aunque Denny estaba conmigo, no quise que ella diera a luz allá porque en ese tiempo mandaban a los hispanos a la guerra y no quería tampoco a un extranjero en la casa. Ella vino a parir aquí y cuando me llamaron que había nacido el bebé estaba manejando, y hasta una multa me pusieron por exceso de velocidad. Solo pensaba en cómo sería su carita, aunque ella me decía que él era igualito a mí. Me contó que cuando fue a parir puso una foto mía a su lado para sentirme cerca. A los 19 días ellos viajaron a Miami y fue una emoción muy grande. Luego llegó Lorely, una rubita preciosa y alegre como su mamá, que constituyó otro gran acontecimiento en nuestras vidas. Nos han dado 5 nietos.

9. Su paso por Agricultura

Había trabajado en la Secretaría de Estado de Agricultura desde el 1963, en diferentes posiciones, llegando a ser subsecretario en tiempo de Balaguer, pero renuncié. En el Gobierno de Jorge Blanco me solicitaron para entrar al tren gubernamental y les dije que no estaba interesado porque tenía muchos compromisos dentro de mi empresa, que prestaba servicios internacionales en diferentes países. Luego de mucha insistencia acepté, pero tenía la desventaja de que no pertenecía a ningún partido político, por lo que me vieron con ojeriza ya que entendían que estaba ocupando una posición muy alta, reservada solo para militantes. Para ese entonces tomé medidas drásticas, pero la opinión pública me apoyó, y gracias a Dios hice un buen trabajo. Tuve el aprecio del presidente y de los secretarios. Trabajé sin ninguna bandería política, ya que lo que me importaba era que la gente trabajara.

10. Su acercamiento a Dios

Podría decir que es el momento cumbre de mi vida. A veces decimos que conocemos a Dios pero a un dios a la distancia. Tuve la oportunidad de acercarme más en el conocimiento de él, que viene con el estudio de su palabra y con codearte con personas que le conocen. Eso fortaleció mucho mi carácter, pero me brindó nuevas esperanzas y alegrías, nuevas formas de ver y enfrentar la vida y a poner cada cosa en su sitio de una manera mejor. Tener una mejor relación con Dios te enseña a valorar el matrimonio y la pareja, y a tener una relación más cordial con los hijos. Dios te da la fortaleza para enfrentarte a los desafíos que uno ve muy por encima de nuestras posibilidades. A mí me ha hecho una mejor persona.

Amplia trayectoria como escritor 

Aunque comenzó escribiendo décimas, con el tiempo, la habilidad de Marte para escribir se fue agudizando. Escribía canciones y parodias, lo que hizo que creciera culturalmente y se motivara para hacer otras cosas, motivación que lo llevó a publicar varios libros, entre ellos cuentos y novelas.
En el 1999 presenta la novela “Madre de las Aguas,” reeditada en el 2011 con el título de “La Sonrisa de la Montaña”. En el 2001 obtuvo el primer premio del concurso literario patrocinado por la Universidad O&M, con el relato titulado “Recuerdos y Memorias de Nagua”.
Su cuento “Flor del Mar”, ganador en el 2014 del segundo premio del Concurso de Arte y Literatura que patrocina el Banco Central de la República Dominicana, fue incluido en la antología “Escribir sobre una ola”, editada por Ángela Hernández.
El cuento titulado “Aquellas Miradas, también de su autoría, obtuvo el segundo premio del referido concurso, en la edición del 2015. Marte, además, ha escrito cientos de artículos técnicos y reportajes periodísticos.

 

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