En el artículo anterior reseñamos parte del contenido del informe “Calidad del gasto educativo en la República Dominicana” publicado por Educa con apoyo de otras instituciones públicas y privadas, a partir de la asignación del 4% del PIB en el 2013.
El documento pondera el gasto educativo desde diferentes dimensiones de análisis: Relevancia, Pertinencia, Equidad, Transparencia, Equidad, Eficacia, Sostenibilidad y Eficiencia, y finalmente, plantea conclusiones y recomendaciones.
Por limitaciones de espacio, comentamos algunos de los hallazgos y conclusiones más relevantes en esta entrega.
El país muestra “relativa eficiencia” en el programa de infraestructura escolar, pues se redujo en un 16% el número de estudiantes promedio por aula, y, fortaleciendo políticas adicionales de incentivo para la inserción de los niños en la escuela, se completa al 95% la cobertura a Nivel Primario.
Por otro lado, la nómina del personal docente aumentó en un 81%, debido a la inserción de nuevos docentes en el Sistema (demandas de la modalidad de Jornada Escolar Extendida, contratación de maestros del Nivel Inicial y orientadores escolares, entre otros) y, al incremento del salario a ese personal; se fortalecieron programas como el de Alimentación Escolar, que “ha contribuido a la superación de la malnutrición y el hambre, uno de los principales impedimentos al aprendizaje”; la inversión en formación docente ha sido 69 veces más que en el 2004; y el gasto descentralizado creció significativamente.
Ahora bien, es importante resaltar el retraso en la construcción de infraestructuras –solo el 1% de las obras fueron entregadas en el tiempo establecido–, y en el caso de espacios para la atención a la primera infancia, el retraso, ha sido más severo. Por otro lado, es cierto que se ha dispuesto muchos recursos en incremento salarial del docente y en su formación, pero es cuestionable la eficacia de esas inversiones si tomamos como referente el resultado de los aprendizajes de los niños en pruebas nacionales e internacionales estandarizadas.
Asimismo, se identifica una” alta vulnerabilidad en los costos unitarios de un centro educativo a otro” (es interesante analizar la tabla del gasto operativo por estudiante del sector público por provincia en el 2013 que presenta el documento), lo que atenta contra la equidad del gasto. Asimismo, llama la atención los retos y oportunidades de mejora que plantea para el Sistema la expansión del personal no docente en una proporción que “no se justifica desde la dimensión de la relevancia”.
Finalmente, resaltamos que el gasto en pensiones creció a una tasa de 25% anual entre 2010 y 2013. Con esa tendencia en el 2025 ese gasto representará un 29% del presupuesto, lo que podría representar una amenaza para la sostenibilidad. En el próximo artículo comentaremos las recomendaciones más importantes que nos aporta el documento. l
