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Ayer, por este medio fueron publicadas las informaciones acerca del número de accidentes de tránsito producidos en nuestro país durante el 2016. La cifra es verdaderamente alarmante: 35,624, en los cuales fallecieron 2,122 personas, equivalente…

Ayer, por este medio fueron publicadas las informaciones acerca del número de accidentes de tránsito producidos en nuestro país durante el 2016. La cifra es verdaderamente alarmante: 35,624, en los cuales fallecieron 2,122 personas, equivalente a 176 por mes. Llevamos años enfocando dicho tema y advirtiendo a la población de la necesidad de hacer conciencia de que es mejor colaborar con esta situación. El ingeniero Onésimo González, ex director de AMET, sostiene que las cifras son más altas, ya que se están tomando en cuenta aquellas que no son inmediatas, sino posteriores como consecuencia del choque. Hace unos años, vi un reportaje realizado por la periodista Nuria Piera, en el cual presentaba personas de diferentes edades ingiriendo bebidas alcohólicas mientras conducían por las principales avenidas de la ciudad. Transitar exhibiendo abiertamente una botella de cerveza en la mano es mucho más preocupante de lo que se cree. El alcohol altera el sistema nervioso central, provocando una distorsión de la respuesta refleja de los individuos, que es la principal a la hora de conducir un vehículo. Hemos insistido sobre la urgencia de tomar medidas drásticas en cuanto al tránsito vehicular se refiere, y la necesidad de desarrollar, no solo programas orientados a educar sobre la responsabilidad que se tiene a la hora de tomar un guía en las manos, sino insistir más aun en la campaña ya iniciada por las autoridades a través de los medios, donde se proyecten imágenes de impacto de hasta dónde puede llegar un hecho tan cotidiano como el conducir un vehículo de motor. En particular, a veces estoy en las calles e interpreto como principal síntoma de la conducta de agresividad y violencia que se ha generalizado en nuestra sociedad, la forma como la mayoría de la gente anda conduciendo por las calles, donde se han olvidado las normas como “ceda el paso”, “cuidado al conducir”. Muchos padres cuando sus hijos están en las calles, no tienen tranquilidad hasta tanto éstos regresan a casa, y no necesariamente a altas horas de la madrugada. En nuestro país se corre el riesgo de accidentarse a cualquier hora de la noche, ya que se comentan imprudencias ocasionadas generalmente por la ingesta de alcohol.

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