Otra oportunidad para el Presidente

Ya nadie habla de los problemas del tránsito y el transporte en el Gran Santo Domingo. Como siempre, nos hemos acostumbrado y así vivimos. Pero parece que con la nueva ley de transporte y movilidad terrestre quizás se empiece a encontrar solución&#823

Ya nadie habla de los problemas del tránsito y el transporte en el Gran Santo Domingo. Como siempre, nos hemos acostumbrado y así vivimos. Pero parece que con la nueva ley de transporte y movilidad terrestre quizás se empiece a encontrar solución a un problema que involucra al menos siete entidades públicas, vale decir, la OMSA, la OTTT, la AMET, la Oficina para la OPRET, el departamento de Tránsito Terrestre de Obras Públicas, el Fondo de Desarrollo de Transporte Terrestre (Fondet) y el Consejo de Administración de Taxis.

Con la Ley de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial surge el Instituto de Tránsito Terrestre (Intrant), que se supone eliminaría todas esas entidades y se unificaría la gestión de ese sector de la economía.

Nada de extraño si recordamos los grandes intereses que se mueven en el transporte, tanto públicos como privados, y lógicamente en el manejo y organización del mismo.

Pero ahora lo que se trata es de la reestructuración de un servicio que es un caos, lo que se refleja cotidianamente en las grandes dificultades para transportarse en las ciudades, entre las ciudades y en los pueblos más pequeños.

Ahora la nueva ley está en manos del Poder Ejecutivo, que deberá promulgarla y ejecutarla. No es una tarea sencilla, no sólo por los referidos intereses en juego, sino por la dispersión actual, en todos los sentidos, que caracteriza el transporte. Nada que especificar, porque solo con mirar la lista de instituciones involucradas en el tema se puede tener una idea de la situación.

Es decir, que en lo inmediato procede promulgar la ley. Simplemente. Que ahora sus asesores no empiecen a buscarle periquitos y terminen observándola, como en otros asuntos. Sería la de nunca acabar. Y si acaso tuviera una objeción a algún aspecto de la misma, que se corrija mediante una iniciativa reformadora, ya sobre la marcha, con la ley en vigencia y haciendo lo que manda.

El presidente Danilo Medina tiene otra oportunidad para reformar y organizar de verdad un sector clave para las personas y para el país. 

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