Santiago. La Policía Municipal creada por la presente gestión del alcalde Abel Martínez se ha convertido en el centro de las críticas, debido a que se ha convertido en el organismo de represión que asume tareas fuera de su competencia.Desde conflictos con los carretilleros del mercado Hospedaje Yaque, con los buhoneros del mercado de pulgas, hasta usurpar las funciones propias de agentes de Amet y la Policía Nacional.
Tan solo esta semana, se incautaron prácticamente un centenar de carretas y las mercancías eran botadas o quemadas, según sus propietarios. Sin embargo y a pesar de las medidas represivas, algunos carretilleros decidieron desafiar las amenazas municipales y continúan transitando por las avenidas.
A comienzos de la gestión de Abel Martínez, la población valoró la incorporación de estos policías municipales para impedir que en los barrios y avenidas, las personas lanzaran la basura a las vías.
Sin embargo, en apenas siete meses, han pasado a tareas de confrontación.
Estos policías municipales utilizan uniformes similares a los que visten al escuadrón especial Swat de la Policía Nacional, lo que ha motivado que ya empiecen a chocar.
Además, se dan a la tarea de detener a los que circulan en vehículos y pretender aplicar sanciones, asumiendo las funciones de los agentes de la Amet.
Una fuente confirmó que las constantes quejas han llegado hasta la gobernadora provincial de Santiago, Aura Toribio, que ha prometido mediar para que cesen los atropellos.
En la presente gestión municipal, la creación o fortalecimiento de este organismo es tal, que el presupuesto supera al del cuerpo de bomberos.
La Policía Municipal es dirigida por un militar que trabajó por largos años en la seguridad presidencial. En diversos sectores de Santiago, el rechazo a las acciones de estos uniformados es amplia. El pasado domingo, los policías municipales apresaron y sacaron esposada a una mujer que se encontraba en el carnaval de Santiago.
