El presidente defiende gestión en un discurso de más de dos horas

Una vez el presidente de la Asamblea Nacional, Reinaldo Pared Pérez, terminó de dar su discurso, y el reloj marcó las 10:24 de la mañana, el presidente Danilo Medina, se dirigía a la nación para rendir cuentas de los primeros seis meses de gestión,

Una vez el presidente de la Asamblea Nacional, Reinaldo Pared Pérez, terminó de dar su discurso, y el reloj marcó las 10:24 de la mañana, el presidente Danilo Medina, se dirigía a la nación para rendir cuentas de los primeros seis meses de gestión, en un discurso de dos horas y once minutos, cargado de promesas, explicaciones y un llamado a la esperanza de los dominicanos.

Conforme al protocolo, el mandatario, ataviado con traje negro y la banda tricolor atravesando su pecho, compareció ante los miembros de la Asamblea Nacional, que en varias ocasiones le aplaudieron efusivamente, puestos de pie, especialmente, cuando se refirió al aumento salarial de hasta un 131 por ciento para los policías y guardias y el escándalo de Odebrecht.

Después de tributar algunas palabras de agradecimiento a los padres forjadores de la nacionalidad al conmemorarse el 173 aniversario de la Independencia Nacional, Medina, en un gesto inusual, anunciaba que se referiría al caso Odebrecht al final de su intervención, animado por el clamor popular de “conocer la verdad y por castigar los culpables”.

Y así fue. Después de desgranar sus logros y planes en materia de economía, empleo, pobreza, primera infancia, salud, educación, deportes, juventud, medio ambiente, agricultura, infraestructura, vivienda, seguridad, transporte y electricidad, llegó al momento esperado: Punta Catalina y Odebrecht.

Abundó sobre la corrupción

Apurando algunos sorbos de agua, y por momentos jugando nerviosamente con sus manos, las que por ocasiones llevaba a su pecho, el presidente dedicó 3,126 palabras para convencer a sus conciudadanos de que llevaría el caso hasta sus últimas consecuencias sin importar quién caiga, y asegurar que en su Gobierno no había nada que ocultar, ni mucho menos, “vacas sagradas”.

Contrario a su pasada gestión, la lucha contra la corrupción y la impunidad centró gran parte del discurso del mandatario.

Medina finalizó su discurso a las 12:35 de la tarde, apelando a la confianza de los dominicanos y prometiendo trabajar para honrar el ejemplo de los Padres de la Patria, de los maestros “y de todos los que nos enseñaron a amar esta tierra y esta identidad dominicana”.

Veinte minutos después y tras recibir los honores de rigor, Medina abandonó el Congreso para dirigirse a la Catedral para el tradicional Tedéum.

Algunos fallos

En el minuto 58, tras terminar de enunciar las obras viales construidas durante el periodo, se vió al presidente hacer señas con las manos para indicar a los técnicos que adelantaran el teleprompter. Le sucedió lo contrario al llegar al tema del transporte. Tras prometer a los dominicanos que con un solo pasaje podrían utilizar el Metro, la Omsa y el Teleférico, el mandatario se quedó en blanco por algunos segundos, pues aparentemente el aparato corría muy deprisa.

Puntual como siempre

Medina llegó al Congreso Nacional a las 9:55 de la mañana, acompañado de su esposa, Cándida Montilla de Medina y dos de sus tres hijas y de inmediato recibió los honores militares correspondientes a su investidura. A seguidas, se desplazó por la alfombra roja que conduce al salón de la Asamblea, donde le aguardaba una comisión compuesta por quince senadores y diputados.

Cientos se congregaron en Centro de los Héroes

Tal como había adelantado el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), cientos de personas se congregaron en las inmediaciones del Centro de los Héroes, en el tramo que va desde la José Contreras hasta la avenida Independencia, ondeando banderines en muestras de apoyo al jefe de Estado. Una vez terminó la ceremonia y se levantaron algunas vallas de seguridad, varios “pica pica” se acercaron a los vehículos de los funcionarios tras unos pesos.

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