Partidos y opciones

Los politólogos y los sociólogos analizan el futuro del partidismo en la República Dominicana. Las opiniones suelen quedarse en observaciones de coyuntura en atención a resultados electorales sin auscultar en el cuerpo social nacional.

Los politólogos y los sociólogos analizan el futuro del partidismo en la República Dominicana. Las opiniones suelen quedarse en observaciones de coyuntura en atención a resultados electorales sin auscultar en el cuerpo social nacional. Los más optimistas hacen pronósticos según los cuales, pese a las tendencias que cíclicamente se han expresado en el continente, en el país el partidismo seguirá siendo por mucho tiempo el instrumento para la toma del poder en el sistema democrático. No avizoran por ahora el fin de los partidos tradicionales.

José Francisco Peña Guaba, quien no se le conoce como pensador acerca del desempeño de la sociedad, sino como un político pragmático con apuestas asertivas para alcanzar el poder, sugirió que la sociedad está dando señales, “avisos de alerta” en el sentido de que podría surgir una figura al margen de los partidos.

El dirigente dice que se orienta por su sentido común, y eso lo lleva incluso a pensar en la posibilidad de “una crisis institucional”.

La base de todo eso es que la sociedad puede sentirse resentida por los escándalos de corrupción y por la realidad de que el avance social es lento. Perviven la mayoría de los problemas y si bien se pueden contabilizar algunas realizaciones, las necesidades y expectativas serán siempre mayores.

Pero lo peor es que la población se sienta defraudada por el liderazgo político convencional, y entonces cuestione el papel de los partidos como instrumentos para canalizar sus aspiraciones.

El sistema democrático tiene abiertas las posibilidades para que surja y se establezca un liderazgo nuevo. Solamente hay que llenar los trámites previstos en las normas y ya se está participando. Es decir, un liderazgo o una fuerza nueva, o una coalición de fuerzas, tendrían que pasar a constituirse en agrupación política para presentar una propuesta electoral.

Una “crisis institucional” de la que también se habla no garantiza en forma alguna un cambio verdadero a quienes entienden que los partidos dominantes ya no llenan sus aspiraciones.

Los medios que el sistema democrático provee para el ejercicio de los derechos políticos siempre estarán disponibles. Las ideas y alternativas para avanzar pueden expresarse libremente. “Otra vía” que no sea la institucional podría resultar incierta…

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