“La primera vez que vi una batería de cerca fue como amor a primera vista”

Bryan Paniagua es un joven de 22 años, a quien la batería lo cautivó desde el primer momento que vio un instrumento de cerca. Aunque, comenzó a tocarla a los quince años, a los once ya tocaba la tambora en la iglesia donde se congrega.

Bryan Paniagua es un joven de 22 años, a quien la batería lo cautivó desde el primer momento que vio un instrumento de cerca. Aunque, comenzó a tocarla a los quince años, a los once ya tocaba la tambora en la iglesia donde se congrega. Nos cuenta que, en una ocasión, la iglesia invitó a un grupo de música, y “ahí fue la primera vez que vi una batería de cerca en toda mi vida. Tenía como 13 años”. Recordó que luego de algunos meses habló con el baterista del grupo para que le diera clases, pero los constantes compromisos del maestro complicaron su agenda, y solo pudo darle dos lecciones de música. Explicó que gracias al apoyo de sus padres, quienes al ver su interés por la música, sobre todo, por ese instrumento, se dedicaron a investigar donde podían inscribir a su hijo para que tomara clases de música. Es así que inicia formalmente sus primeras clases de música en el Centro Cultural Narciso González.

¿Cuál fue la reacción de tu familia?
Bueno, ellos no lo esperaban, ya que esperaban el ingeniero o al doctor. Comencé a estudiar Ingeniería para que ellos se sintieran felices, pero se dieron cuenta de que eso no me hacía feliz. Un día se me acercaron y me dijeron que estudiara lo que amo y me apasiona. Me pidieron que no estudiara para colgar un título y ya, sino lo que realmente amo, pero que lo haga a la perfección, que si quería música, que lo hiciera, pero bien. A mi papá le encanta la música y él vio el interés que tengo por el instrumento, así que se puso a investigar dónde podía tomar clases de música. Recuerdo que mis primeras clases fueron en el Centro Cultural Narciso González. Aunque estaba aprendiendo solfeo y la teoría de la música, estaba desesperado por aprender batería, por lo que mis padres me regalaron una. Cuando vi ese instrumento en mi casa, sentí que fue el mejor regalo de mi vida. Después mis padres me inscribieron en el instituto CanZion, donde comencé formalmente a estudiar música y la batería.

¿Qué entiendes que se necesita para ser músico?
Humildad, disciplina, pasión, dedicación, seriedad y servicio.

¿Recuerdas el primer tema que tocaste?
Sí, “Su hijo dio”, de Hillsong United. El solo recordarlo me emociona, ya que ese día nadie esperaba que yo tocaba batería.

¿Qué sacrificios implica esta carrera?
Mucho. Es una carrera seria, que exige mucho tiempo, disciplina, pasión y entrega. Han sido muchas las veces que he tenido que dejar de compartir con amigos, para dedicarle tiempo a una partitura, y ser muy selectivo con mis amistades, ya que no todo el mundo suma a la persona.

¿Cuál es tu estilo en particular, y cómo llegaste a él?
Bueno, he tenido muchos maestros. Hasta la actualidad cada uno de ellos ha sido una gran influencia para mí, tanto en la forma de hablar, de pensar y hasta de tocar, pero llegué ahí gracias a los consejos de cada uno de mis profesores, cada consejo lo anoto e intento de reflexionar en él. Esos consejos no solo son para tocar, también son para reflexionar en mi conducta y mi posición como ser humano en la sociedad.

¿Cómo te aprendes los trabajos?
Es una pregunta interesante. Todo depende, a veces te envían la partitura o te envían los audios, o el artista va con su instrumento a la casa para mostrar su producto. En otras palabras, depende la situación.

¿Con qué artista te gustaría tocar?
Me gustaría tocar con Juan Luis Guerra, Michel Camilo y Marco Barrientos.

¿Además de la música, a qué otra cosa te dedicas?
Aprender sobre la Biblia, amo eso; visitar la iglesia, jugar baloncesto y dedicar tiempo a la lectura.

¿Cuál es tu banda favorita?
Jesús Culture.

¿Cuál es tu experiencia como baterista, en qué grupos has tocado?
Ha sido una gran experiencia. Conoces muchas personas, puntos de vistas diferentes, muchos lugares, hasta de la gastronomía de aquí he aprendido mucho, gracias a la música. He colaborado con grupos de jazz, rock cristiano, rap, merengue, pop y bachata. He tocado con artistas como 95 Norte, Néstor Ortega, Joel Montalvo y ICZ.

¿Qué estilo prefieres tocar?
Latin Jazz.

¿Si un día decides no seguir en la música, qué te gustaría hacer?
Dar clases en una universidad.

Hablando del futuro, ¿tienes algún proyecto a largo o corto plazo?
Sí, terminar mis estudios y obtener la licenciatura en música en la UNPHU.

¿Tienes alguna experiencia que te gustaría contar?
Sí, se trata del maestro que más influencia ha creado en mi vida. Gerson Arvelo, gracias a él, además de Dios, me inspiró a vivir de la música. Es un músico virtuoso, y es a la vez un ser humano muy humilde, independientemente de su posición. Cuando veía sus conciertos y la destreza que tiene en su instrumento, y después lo veía hablando conmigo como si fuera un espectador del concierto, me preguntaba yo mismo, por qué actúa así siendo la estrella del grupo. Después de un año de esa experiencia, me llamó por primera vez a tocar con él. Fue uno de los días más emocionantes de mi vida, porque pude verlo de cerca, de verlo como era con su esposa y su hija, y aprendí lo que es ser un humano. Veía su sencillez, el buen esposo y padre que es, y me inspiró a ser como él. Desde entonces he asumido su ideal también como mío. l

Consideración
La música es un mundo hermoso, pero exige mucho tiempo y dedicación. Hay que practicar mucho, no desesperarse porque las oportunidades llegan a su tiempo”.

Emoción
Al tocar siento una gran emoción, y un profundo agradecimiento a Dios por permitirme disfrutar mi trabajo, ya que conocí este oficio en la iglesia”.

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