¿Dónde se asienta la autoridad?

¡Cuántos problemas! ¡Cuántas manifestaciones! Ayer revisábamos y descubrimos que en un solo día por lo menos siete sectores levantaron reclamos, algunos incluso frente al Palacio Nacional. Imaginamos que como andan las cosas, por ahí debieron&#8230

¡Cuántos problemas! ¡Cuántas manifestaciones! Ayer revisábamos y descubrimos que en un solo día por lo menos siete sectores levantaron reclamos, algunos incluso frente al Palacio Nacional. Imaginamos que como andan las cosas, por ahí debieron producirse otros que no llegan hasta los medios. No hablemos de muchísimas otras quejas de las personas por múltiples y cotidianos problemas, como los apagones, que están de nuevo a la orden del día. Con esto, lo que queremos sugerir es que tantas insatisfacciones indican que el grado de irritabilidad es alto. No pensemos en los otros motivos que han empujado a las movilizaciones y marchas que vienen desde distintos confines hasta el Distrito Nacional para una manifestación el domingo.

Pero ese no es nuestro tema de hoy. Hablemos del conflicto que la empresa manejadora del vertedero de Duquesa del Gran Santo Domingo tiene con los municipios de esa región. Y es que Lajún quiere aumentar la tarifa en unos términos que rompen el pecho a unos cabildos llenos de limitaciones. Es solo una de las acciones contestatarias de esa empresa ante las recientes denuncias que cuestionaban la legitimidad de sus posesiones de las tierras que el CEA concedió al ADN y que como un premio de lotería ahora son de Lajún, que está a la ofensiva. Acaba de anunciar que limita sus operaciones al horario laboral convencional para el depósito de basura. Es obvio que desatará una crisis en el manejo de la misma.

Los municipios, alarmados y a la defensiva le piden la intervención al ministerio de Medio Ambiente, que recibe a los ejecutivos de la empresa, y en vez de asumir un rol proactivo en atención al interés público, opta por jugar un rol de mediación.

Estas actuaciones cuestionan el sentido y el ejercicio de la autoridad en República Dominicana. Para la manejadora del vertedero es una expresión de cómo se pone a riesgo “el clima de seguridad para la inversión”. Es una pena que cuestiones de esta envergadura estén a merced del interés privado. ¿Es que no existe una autoridad que coloque cada cosa en su lugar?

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