Cómo preparar el cuerpo para concebir después de los 40

Tener un hijo después de los 40, incluso, está de moda, debido al estilo de vida actual que mantiene a ambos miembros de la pareja muy centrados en sus temas laborales. Muchas parejas consideran que tener un bebé a esas edades, puede hasta ser…

Tener un hijo después de los 40, incluso, está de moda, debido al estilo de vida actual que mantiene a ambos miembros de la pareja muy centrados en sus temas laborales. Muchas parejas consideran que tener un bebé a esas edades, puede hasta ser psicológicamente mejor, ya que se sienten más preparados para ser padres que en sus años de juventud, donde la falta de tiempo y la inestabilidad financiera podrían haber sido un problema.

Pero no es ningún secreto que conforme aumenta la edad, disminuyen las posibilidades de concepción en una mujer. No obstante, aunque una mujer supere los 40 años y se acerque a la menopausia, no debe perder la esperanza de conseguir un embarazo sano y feliz. Algunas mujeres lo consiguen de manera natural sin tener que recurrir a los exitosos, pero costosos, tratamientos de fertilidad.

“Las causas de infertilidad pueden ser únicas o combinadas, lo cual es lo más común. La falta de ovulación o las ovulaciones esporádicas pueden dificultar y atrasar la concepción. Las infecciones pélvicas que afectan las trompas y la misma matriz pueden imposibilitar el viaje del esperma hacia el óvulo para fertilizarlo, lo que se le llama “factor mecánico”, explica la ginecóloga Paulette C. Edelstein, médico tratante del Instituto de Reproducción IRECEF. Medicina Reproductiva Hospital de la Mujer.

Dice que algunas tumoraciones benignas, como son los miomas o los endometriomas pueden comprometer el proceso de la reproducción.

“Uno de los factores de mayor peso en la infertilidad es la edad de la mujer y su capacidad de producir óvulos buenos. A eso le llamamos reserva ovárica, la que disminuye paulatinamente a medida que nos acercamos a los 40 años”, advierte.

“En las últimas décadas se ha evidenciado que el hombre es responsable de hasta un 50% de infertilidad de la pareja por la pobre calidad del esperma. Los causantes son mayormente la toxicidad ambiental y los altos niveles de stress. Entonces, cuando una mujer que ovula tres veces al año se junta con una pareja que produce poco esperma, no tendremos embarazos en mucho tiempo”, enfatiza Paulette.

La edad, un factor de riesgo

“Si tienes 35 años, trata de embarazarte porque lo que te espera de ahora en adelante es un declive acelerado en la capacidad ovulatoria. Habrá menos ovulaciones y solo algunos de los ovocitos fertilizados generarán embriones sanos y normales. Tristemente este factor llamado “ factor edad”, es irreversible y poco evitable. No existe todavía tratamiento para desacelerar o parar el proceso del envejecimiento celular. Existen soluciones, todas ellas complicadas y de importantes costos, tanto económicos como personales. Esas incluyen la conservación de ovocitos para tratamientos futuros, la donación de óvulos y últimamente de mitocondrias de una tercera persona, y es oportuno mencionar que todos estos están disponibles en nuestro país. Mi consejo sería , cuando sea factible, aprovechar el momento reproductivo óptimo, lo cual es un regalo de Dios y de la vida misma”, puntualiza la experta en reproducción.

El papel de la alimentación

El tema de los suplementos es extenso, muy comercializado y poco estudiado. Hay, sin embargo, un punto de partida que es innegable. Nuestra generación come mal. Por ende, hay que encontrar la manera de alimentar el organismo correctamente. Entiendo que la alimentación inadecuada, el estrés o condiciones especiales como la gestación aumentan los requerimientos del organismo. Vitaminas como B6, B12, Ácido Fólico son responsables de crear un ambiente reproductivo balanceado y facilitar el embarazo. El Ácido Fólico debe suministrarse unos tres meses antes de la búsqueda porque puede evitar malformaciones del tubo neural en el bebé. Otras vitaminas como B1, A, C, E, D, el zinc, carnitina y el Omega 3 favorecen la ovulación y la calidad del semen. El conjunto puede traer beneficios como el control del equilibrio hormonal, reparación del daño celular y disminución de los efectos dañinos de los radicales libres.

Paulette recomienda la dieta mediterránea, que incluye muchas frutas y verduras, espinacas, brócoli, espárragos, tomates, fresas, manzanas, cítricos, mucha variedad de colores. Dice que el pescado es fuente importante de ácidos grasos omega 3, pero que pueden estar contaminados, por lo que hay que tener especial cuidado con algunas especies.

“La carne aporta hierro en la dieta. A mis pacientes les recomiendo ternera y aves como pavo o pollo. Los embutidos y quesos no pasteurizados deben evitarse. Hay mitos sobre el consumo de café, el cual no es dañino siempre y cuando se tome con moderación. Así, el vino pueden tomarse una y hasta dos copas diarias, pero una vez embarazada es prudente suspenderlo”, dice.

Cuidado con el sobrepeso

Después de la edad cronológica, que ocupa un primer lugar indiscutible, el sobrepeso puede comprometer dramáticamente la capacidad reproductiva, porque complica el proceso ovulatorio generando desequilibrios hormonales y, por ende, menos ovulaciones y mala calidad ovocitaria, subraya.

Asegura que el índice de peso corporal recomendado para mujeres en busca de embarazo es de 25, y en todo caso menor de 30. “Hay muchas mujeres obesas que se embarazan. Pero el sobrepeso en la embarazada puede ser un riesgo mayor por generar complicaciones metabólicas, cardiovasculares y de la mecánica del mismo parto que pueden costar la vida tanto de la madre como de su bebé”, dice la especialista.

El rol de los ejercicios

“Ejercitarse demasiado, como todo exceso, no es recomendable. Desde el punto de vista reproductivo existe el consenso universal que coloca el yoga en un lugar preferencial. Algunas rutinas logran oxigenar mejor los órganos pélvicos como útero y ovarios, y otras reducen el nivel de estrés. No conozco estudios controlados para sostener esas teorías, pero las pacientes que practican yoga con programas auténticos, se sienten mejor. El ejercicio físico antes y también durante la gestación será beneficioso siempre y cuando no existan condiciones que lo contraindiquen”, expresa Paulette.

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