Reinbou

Falta de “contundencia”, han escrito, y en privado es “floja”, “sin emoción”. ¿Qué pasa con este filme que se cargó ´3 años´ en producción, un presupuesto de 84 millones de pesos, buen casting y atractivo argumento anclado en la…

Falta de “contundencia”, han escrito, y en privado es “floja”, “sin emoción”. ¿Qué pasa con este filme que se cargó ´3 años´ en producción, un presupuesto de 84 millones de pesos, buen casting y atractivo argumento anclado en la guerra civil del 1965? De bueno tiene que la historia del niño Ángel Maceta es parte del proceso del cine dominicano orientado a temáticas relacionadas con ese periodo de convulsos acontecimientos tan ceñidos al imaginario popular; también que en la trama hay un militar constitucionalista cuyo destino final es decidido por traidores dominicanos al servicio de “Cuarenta y cinco mil hijos de perra” como tildó Neruda -Versainograma a Santo Domingo- a la U.S. Army que interrumpió el proceso político dominicano y lo desvió hacia lo que RD es hoy. Pero al instalarse en lo “hermoso y poético”, como dicen otros, tropieza al presentar el drama histórico en un formato políticamente correcto, cuidándose de no zaherir a la renegada clase gobernante nacional, pero sí al “maldito gringo”. Y es ahí donde subyace el motivo que origina esa ruptura con la historia que anuncia y con el bien ganado interés que despierta en su inicio auxiliándose de la perspectiva fantástico-imaginativa de un niño pobre y huérfano de padre (pero privilegiado con casa, comida, ropa, zapatos, familia, escuela y acceso a agua potable). Ciertamente, no es “contundente” porque no rehabilita memoria. Y, sí, es “floja” por su inseguro apego a dinámicas del cine más interesado en imágenes cuidadas y sonidos primorosos. Y, por supuesto, “no emociona” porque su narrativa es suma de planos y encuadramientos que sortean controversias, que se pierde en un hilo conductor al boicotear la propia mise-en-scène y a distanciar a los personajes de la platea. Pero hay más. La cinematografía desentona por abandono de intencionalidad estética de la dirección, y obvia negligencia en el uso del lenguaje –o, quizás, es falta de racionalización en la construcción estética del período histórico planteado-. Con ese guión preñado de borrosos módulos dramáticos que deberían justificar acciones de cara a generar emociones, en vez de llevarnos a su mundo, nos desubica. Molesta la pereza de la dirección que le impide salirse de la dinámica de la narratividad conservadora. En vez de generar emoción, se vale de bastones estéticos como el uso machacón del “poético” arco-iris. Aun así, no dejes de verla. l

H HH Género: Drama histórico. Duración: 90 minutos

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