Credibilidad y confianza, afectados sensiblemente

En nuestro país existe una verdadera crisis de confianza en las instituciones de toda índole. Aunque el fenómeno no es exclusivamente nacional, esto lejos de hacernos sentir tranquilos, por el refrán de “mal de muchos, consuelo de tontos”,…

En nuestro país existe una verdadera crisis de confianza en las instituciones de toda índole. Aunque el fenómeno no es exclusivamente nacional, esto lejos de hacernos sentir tranquilos, por el refrán de “mal de muchos, consuelo de tontos”, intranquiliza. En diferentes sondeos, ejercicios puramente teóricos, paradójicamente, de carácter práctico, se ha pretendido destacar en cuáles de las instituciones nacionales, el criollo deposita más confianza. Lo cierto es que el “hombre chivo”, “el tíguere mosca” o “tíguere culebro”, pone en duda cuanto escucha, ve o lee. El reporte internacional Trust Barometer 2017 de Edelman es contundente: “La confianza está en crisis”. Edelman es la firma de comunicaciones independiente, más grande del mundo. Allan McCrea, de esa firma, asevera que: “Lo que pasó con las figuras de autoridad en estos últimos años es que cometieron muchos errores, adrede o sin quererlo; trabajaron en erosionar su propia credibilidad y realmente los pares, las personas como uno, empezaron de boca en boca”, detalló el experto en torno a la generación espontánea de nuevos medios informales de comunicación. La iglesia Católica dominicana, pilar de la credibilidad y confianza, se acaba de propiciar un duro golpe bajo, a sí misma, cuando según expresa el Diario Libre: “Monseñor Miguel Ángel Santana Marcano, juez presidente de Tribunal Eclesiástico de la Conferencia del Episcopado Dominicano, reclamó investigar porqué Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, vendió unos terrenos que pertenecían a la Iglesia Católica y que también se determine el destino del dinero de dicha venta”. Indica que su “petición” cuenta con el respaldo de 120 sacerdotes. El Cardenal López Rodríguez ha sido un hombre de ideas firmes, las que defiende con vehemencia, pero a mi juicio de honestidad incuestionable. Intentar afectar su figura, con “tiros que vienen de su propia retaguardia”, mina la credibilidad y la confianza de la propia iglesia Católica, cuando lo usual es que estas situaciones se ventilen a lo interior de su seno.

Puede estarse de acuerdo o no, con López Rodríguez, en sus planteamientos, por la forma de definir sus opiniones, pero la vida eclesiástica es de naturaleza muy distinta a la de los “civiles”, donde la vida privada resulta muy “pública”. Entiendo que la operación de venta del terreno objeto de la “denuncia” y que ocupa un moderno centro comercial, debió ser una ventajosa operación comercial para esta organización religiosa y no luce que en lo personal, signifique beneficio alguno para Nicolás de Jesus, Cardenal López Rodríguez. La respuesta de la Nunciatura da cuenta de tener conocimiento, como es lógico, de todos los detalles del acuerdo comercial y de la pertinencia de precios, acorde a los de la zona en cuestión. Siento que esta laceración al prestigio personal de uno, daña a la institución de muchos, cuando en el país, la duda es deporte nacional.

Posted in Columnas, Edición Impresa

Las Más leídas