Ancianos carecen de espacios dignos

Santiago. El anciano Rafael Antonio Almonte permaneció durante seis días durmiendo en una silla de ruedas en el hospital regional José María Cabral y Báez.

Santiago. El anciano Rafael Antonio Almonte permaneció durante seis días durmiendo en una silla de ruedas en el hospital regional José María Cabral y Báez.Almonte, de 78 años de edad y con dificultades en las piernas que le impiden caminar, es uno de los tantos desahuciados que llegan al centro de salud para recibir atenciones médicas, pero luego son abandonados a su suerte. Al hablar con reporteros de elCaribe, apenas puede recordar que durante mucho tiempo trabajó en una zapatería que funcionaba en el entorno del Hospedaje Yaque. Aunque tiene dos hermanos, ambos residentes en los Estados Unidos, ninguno tienen idea de la situación que mal vive.

Tras varios días en un pasillo del hospital, el pastor Pablo Ureña que dirige el programa Niños con una Esperanza en el sector Cienfuegos, decidió darle albergue. Almonte permanece postrado en una cama y con pocas posibilidades de recuperarse ante la carencia de atenciones y recursos económicos.

Muchos mendigan

En el caso de Ramón Gutiérrez de 72 años de edad, su condición obliga a colocarle pampers, debido a que hace sus necesidades fisiológicas encima de su ropa. Gutiérrez, fue llevado al Cabral y Báez desde el sector ensanche Libertad donde mendigaba. Ante la falta de espacio en el centro de salud, tuvo que ser acogido por el pastor evangélico, pero sus acciones agresivas y su intento de maltratar al otro anciano dificultó su estadía.

Los altos costos para medicamentos y alimentos dificultaron que el religioso lo albergara en lo que será el refugio de ancianos. Gutiérrez que nuevamente volvió a mendigar en las calles, permanece tirado en el suelo frente al hospital. Estos son solo dos ejemplo de los muchos que abundan en la ciudad ante la falta de instituciones que den alberque a los ancianos y enfermos mentales que deambulan las calles. 

Buscan alternativas para acogerlos

El proyecto que funcionará en el ensanche José Manuel de Cienfuegos, se ha denominado “Anciano una Vez” y permitirá acoger entre diez y doce envejecientes. Ureña dijo que solo necesita de recursos económicos para habilitar el lugar, cercano al programa Niños con una Esperanza. El religioso cuestiona la falta de instituciones para dar atención a los ancianos.

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