El doctor Julio Aníbal Suárez, (impoluto jurista y quien durante varios años trabajó como magistrado de la Suprema Corte de Justicia), me dio “la pauta” para escribir el presente artículo.
No quiero decir que me invitó a que tratara el tema del libro dominicano…o que escribiera sobre la opinión que
está en boga de que “el libro impreso
está “en vía de desaparecer”.
En la tertulia -o peña- dirigida por el doctor Jimmy Sierra y que cada sábado se celebra en una plaza de Santo Domingo, se habló largo y tendido de la crisis que abate al libro en RD.
Pero, además, varios de los contertulios pusieron el tema -espinoso diría yo- de la desaparición de prácticamente todas las librerías que funcionaban en Santo Domingo.
Aproveché para informar que hace unos dos años escribí, para el diario elCaribe, un amplio reportaje en el que narré la desaparición de 18 de las 20 librerías que operaban en la Zona Colonial de Santo Domingo.
Una de las dos que quedaron con sus puertas abiertas era la librería La Trinitaria, que por muchos años ha dirigido la distinguida dama -a quien califico como “La mártir del libro”- Virtudes Uribe.
¿Casualidad? Al día siguiente de la tertulia del pasado sábado recibí la amarga noticia de que, cansada de sufrir con la crisis del libro dominicano, Virtudes Uribe decidió cerrar para siempre su librería.
Entonces, ya no más venta de las obras de escritores dominicanos. La Trinitaria solo vende libros de autores criollos.
Asimismo, recordar que, también, hace ya poco más de dos años desaparecieron librerías que durante décadas operaban en Santo Domingo.
Cito algunas: Mateca, Thesauros, Alejandría, Letra Gráfica, Blasco, Lope de Vega, Atenea, Editorial Quisqueyana, Bolívar, Fondo Editorial…
De la Zona Colonial hace tiempo que no están: Editorial Padilla, Amengual, Librería América, Casa Cuello, Hostos, Cosmos, Rincón del Libro, Casa del Escolar, Pol Hermanos, Casa y Weber.
Cuando daba los toques finales a este artículo, leí al celebrado poeta Tony Raful quien precisamente escribió sobre Virtudes Uribe y su mítica librería La Trinitaria. ¡Vaya, qué triste coincidencia!
Ojalá que cuando este trabajo salga publicado, el presidente Danilo Medina haya sido receptivo al llamado de Raful y ordenado ir en auxilio de Virtudes Uribe y su emblemática librería La Trinitaria.
¡Así por lo menos el libro dominicano no queda huérfano del todo! l
