Tras una celebración tan asociada a nuestra paz y humanidad como la de las Madres ayer, se vuelve a la rutina; retornan preocupaciones, problemas, razones para agitarnos. Prevenir descorazonarnos o estresarnos en exceso en medio de circunstancias adversas, requiere aplicar mecanismos para sentirnos seguros y confortables como cuando de niños éramos abrazados por nuestra madre.
Hay medidas prácticas y sencillas para levantar el ánimo. Empiezan en la consciencia de nuestro poder para controlar el pensamiento. Por ejemplo, muy difícilmente estaremos mal humorados si pensamos en gratitud. Suze Yalof Schwartz, experta en meditación, motiva a cerrar los ojos y pensar en dos o tres personas por las que estamos agradecidos. Fácil e infalible ejercicio para inmediatamente asentar ánimo positivo. Vale comprobarlo. l
