Jeffrey

Cine etnográfico. Es un filme de una auténtica cineasta que sabe mirar su sociedad y expresar acontecimientos que muestran las ya consabidas diferencias de clases dominicana. Es cine de antropología visual de la mejor especie. La autora lo ve como&#823

Cine etnográfico. Es un filme de una auténtica cineasta que sabe mirar su sociedad y expresar acontecimientos que muestran las ya consabidas diferencias de clases dominicana. Es cine de antropología visual de la mejor especie. La autora lo ve como “una película sobre sueños”, sí, pero de sueños hechos pesadillas, y es ahí, en su contrapunto entre sueños y realidades, que se debate la formidable mirada que restriega la incompatibilidad existente entre riqueza y pobreza y miseria. Nuestros niños no tienen futuro y por eso viven de sueños, pues al progreso apenas lo ven de lejos, inalcanzable y quimérico (y cómo no verlo lejos si es el acostumbrado progreso de clase). Cine útil, trascendente, ese de esta elocuente cineasta. Es una simbiosis entre el documental y la ficción, puesto que se dirige a redescubrir las andanzas de un niño y de sus amigos inmediatos, su familia, durante muchos meses. Y solo eso le da un carácter trascendente, sobre todo en la elocuencia de su historia y en reprogramación estilística de lo que suele ser un documental, o más bien en este caso de un docudrama. En la mayoría de las escenas no hay diálogos o narración y es la combinación de las acciones, el montaje diáfano, que nos pasa su cristalino mensaje. Cualquier persona que haya ido a esos barrios marginados capitalinos con el fin de saber, va a encontrar lo mismo que en el filme: la cuestionada sociedad dominicana. La imagen principal que nos queda es la de esos pobres niños y adolescentes rodeados de marginalidad donde residen y la desagradable sociedad anidada entre lujosos edificios y vehículos donde, apreciamos, no viven personas, sino gente dentro de cosas, rodeadas de latas, muros, cristales, como si de una selva de piedra se tratara. Poético con sus ángulos inusitados desde inicio con un gran plano general de la ciudad y con el mismo plano finaliza el filme. La realizadora se cuidó de darle un toque maniqueo lo que da placer. Jeffrey tiene la edad de los sueños y, sin embargo, la realidad le golpea. Se dice, se pone un mote que él mismo se entiende como tal y es, asimismo, lo que describe panorámicamente su vida, que no es diferente a la mayoría de la generación perdida en que se convierte la niñez dominicana, jóvenes que aun así muestran su alegría, sus esperanzas a pesar de toda esa maldita existencia.

HH HH Dirección: Yanillys Pérez Duración: 1 hora 18 minutos.

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