Concluye la dejación de armas individuales de las FARC

MESETAS, Colombia. Colombia cerró uno de los capítulos más simbólicos en su camino hacia la paz con la culminación de la dejación de armas de las FARC, que termina con una de las insurgencias más largas del continente.

MESETAS, Colombia. Colombia cerró uno de los capítulos más simbólicos en su camino hacia la paz con la culminación de la dejación de armas de las FARC, que termina con una de las insurgencias más largas del continente.El presidente Juan Manuel Santos y los jefes guerrilleros acudieron por la mañana a una ceremonia en el centro del país donde observadores de la ONU sellaron los últimos contenedores con algunos de los 7,132 fusiles recolectados en campos rebeldes de todo el país durante las últimas semanas.

Naciones Unidas había asegurado el lunes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían dejado en su poder todas sus armas individuales como parte del proceso de paz entre el Gobierno y el mayor grupo guerrillero de Colombia, salvo las necesarias para mantener la seguridad de sus campamentos hasta agosto.

“No le fallamos a Colombia: hoy dejamos las armas”, dijo el máximo líder rebelde, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”.

“Al depositar las armas que ustedes tenían en los contenedores de Naciones Unidas, los colombianos y el mundo entero saben que la paz es real e irreversible”, replicó el presidente Juan Manuel Santos.

En la zona de desarme de Mesetas, donde se celebró el acto en un sitio ubicado a kilómetros de la ciudad más cercana por carretera, ya ningún rebelde cargaba su fusil. En lugar de sus uniformes militares, vestían camisetas blancas y mariposas amarillas fueron liberadas para celebrar la paz.

No obstante, la euforia colectiva no camufló los temores de los 7,000 guerrilleros que deben integrarse a la vida civil después de cargar un arma muchas veces desde la adolescencia. Con esta hazaña histórica, Colombia está un paso más cerca de pasar página en el conflicto armado más largo de América Latina, que dejó al menos 250,000 muertos y millones de desplazados.

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