La del proceso electoral de 1963, es una historia que enseña lo difícil que es dar paso a un régimen democrático para abandonar las prácticas de una dictadura como la que encabezó Rafael Leónidas Trujillo Molina (1930-1961). Una parte de los actores deseaba continuar. “Se trataba de gente que con sus actos demostró que su problema no era la dictadura, sino su imposibilidad de disfrutar de los privilegios de los beneficiarios de la tiranía”.
Por ello, el discurso del presidente Bosch, con el mensaje democrático, los inquietó y con el pretexto de que era comunista dieron riendas sueltas a sus planes golpistas. La resistencia al cambio estaba levantada, pero los candidatos del PRD: el profesor Juan Bosch y el doctor Segundo Armando González Tamayo, se impusieron a los obstáculos. En “Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana”, Bosch recuerda: “A medida que avanzaba el mes de noviembre y se sentía físicamente el crecimiento del PRD, comenzaron a aparecer los trucos que habían sido elaborados por los cívicos a través de su órgano de gobierno, que era el Consejo de Estado. La Junta Central Electoral dijo que no habría votos de colores, y cuando los abogados perredeístas revisaron la Ley Electoral se hallaron con el artículo más curioso que jamás había habido en ley alguna, un párrafo que decía más o menos lo siguiente: ‘los votos serán de colores, un color para cada partido, pero la Junta Central Electoral puede disponer que sean todos de un mismo color’. Mandar algo y autorizar lo contrario en un mismo artículo es un auténtico ‘créalo o no lo crea’ en la historia de la legislación universal”.
Bosch destaca que la situación hizo crisis porque el alto mando militar le advirtió al Consejo de Estado que si no había elecciones el 20 de diciembre, tomarían el poder el 27 de febrero de 1963, tal como lo dice la Constitución. El presidente de la Junta Central Electoral fue llamado al Palacio Nacional y al día siguiente se dio la noticia de que habría votos de colores. Ante lo imposible, los enemigos de Bosch y el PRD comenzaron a agruparse hasta lograr un frente que unió a políticos, empresarios y militares, con el beneplácito del gobierno estadounidense, ya que Bosch era acusado de comunista.
Los hombres de negocios formaron el Consejo Nacional de Hombres de Empresa. El primer presidente del CNHE, José Ernesto García Aybar, en una explicación que dio al historiador Frank Moya Pons, cuyos detalles revela en su obra Empresarios en Conflictos, le confesó que la organización fue creada para “tumbar” el gobierno de Juan Bosch, que había tomado posesión el 27 de febrero de 1963. La madrugada del 25 de septiembre, el gobierno Constitucional fue derrocado.
