Signos preocupantes

Se habla de los cambios en la sociedad dominicana en los últimos 50 años. Se resalta el crecimiento económico, industrias, empresas de servicios, comunicaciones, el turismo, la expansión urbana y hasta hábitos de vida, y también cómo el país&#8230

Signos preocupantes

Los ajustes de precios a consecuencia de la reforma fiscal no parecieron inquietar a nadie, y la percepción más o menos extendida es que el aterrizaje fue suave.

Se habla de los cambios en la sociedad dominicana en los últimos 50 años. Se resalta el crecimiento económico, industrias, empresas de servicios, comunicaciones, el turismo, la expansión urbana y hasta hábitos de vida, y también cómo el país se ha abierto al mundo.

Es una suerte de lado bello de la realidad dominicana, sin prestar la atención a los problemas que siguen afectando a las personas. Algunos son los mismos y otros se han agravado dramática y trágicamente.

¡Cómo la violencia cobra nuevas dimensiones! Se podrá decir que siempre hemos llorado nuestras tragedias, pero la criminalidad que se sufre no había llegado a estos extremos, con el agravante de que se acepta como parte de una normalidad de estos tiempos.

La muerte de cuatro personas en Salcedo, un municipio pequeño, en una batalla entre bandas de delincuentes por el control territorial para el tráfico de drogas, tiene que preocupar.

La noticia llega condimentada con una declaración del jefe de la seguridad interior: Los delincuentes actúan en connivencia con agentes policiales. Casi nada. Y en época reciente han sido expulsados de las filas de la Policía 3 mil miembros por conducta impropia o abiertamente en conflicto con la ley.

El progreso arrastra también una progresiva criminalidad con la cual las autoridades no pueden. Los llamados a combatirla suelen asociarse al crimen.

Las quejas ciudadanas, y esto es parte de ellas, sólo reflejan la desesperanza y la impotencia, toda vez que las personas decentes están expuestas a un asalto, o simplemente a perder la vida por una acción directa de los criminales, o de manera colateral, cuando toman calles o callejones como escenarios de sus peleas.

Lo de Salcedo es una alarma mayor, pero en días recientes otras peleas callejeras en Santiago y Moca provocaron víctimas fatales.

Impera una violencia incontrolable, frente a la cual, las autoridades devienen en cronistas de su propia incompetencia.

Signos preocupantes. 

Posted in Edición Impresa, EditorialEtiquetas

Los ajustes de precios a consecuencia de la reforma fiscal no parecieron inquietar a nadie, y la percepción más o menos extendida es que el aterrizaje fue suave. Todavía no se advierten signos alarmantes en esa materia y la inflación acumulada en los tres primeros meses ha sido admirable. Según el Banco Central, la inflación del primer trimestre del año se ubicó en 0.94%, considerablemente menor del 3.64% de igual período del año anterior.

Mientras, la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) no pudo ocultar su optimismo respecto  al  desempeño de las recaudaciones de enero y febrero, que alcanzaron los RD$46,674.8 millones, un 108.3% respecto a la meta estimada, para un aumento de 21.6% con relación a 2012.

Las políticas públicas se han ido cumpliendo, pero el comercio, la industria y especialmente los consumidores no pueden expresar esos niveles de satisfacción. Una empresa tan importante como la Cervecería Nacional Dominicana (CND), se quejó la semana pasada de una grave disminución de sus ventas. Ayer, la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), declaró  a través de su presidenta que “ha habido una reducción importante” de las ventas, de alrededor de un 15% o un 20%.

En los predios gremialistas se ha intentado poner en la agenda pública la necesidad de un ajuste salarial, pero hay empresarios que entienden que una medida de esa naturaleza puede agravar la situación.

Pero a cualquier ciudadano de la calle se le puede ocurrir que ajustes salariales podrían devolver alguna capacidad de compra, y en esa medida las ventas mejorarían. Un acuerdo sobre salarios, en vez de anunciar cierres, podría estimular el consumo, y el círculo recibiría una chispa de aliento.

Pero eso no sería suficiente. Como en todo el mundo, el sector público es importante. Si el gobierno no gasta suficiente, la economía se torna anémica. El Estado tiene que invertir, que es la mejor manera de gastar, y tiene que adoptar otras medidas para reanimar la economía y alejar estos signos preocupantes.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de edicion-impresa

Las Más leídas