Alimentos

A fuerza de estrechez, nuestro pueblo “come lo que aparezca”. Cultiva la audacia de ingerir aun lo potencialmente dañino para la salud porque “lo que no mata engorda”. De todos modos, dudo que nos entusiasme el planteamiento de la FAO de…

A fuerza de estrechez, nuestro pueblo “come lo que aparezca”. Cultiva la audacia de ingerir aun lo potencialmente dañino para la salud porque “lo que no mata engorda”. De todos modos, dudo que nos entusiasme el planteamiento de la FAO de los insectos como factible opción alimenticia. Ahora, quién sabe. La supervivencia puede ser impulsor más poderoso que la cultura o creencias. Si el hambre apremia, quizá comamos bichos y hasta guste. Tal sucede con sinsabores del vivir. Saben muy mal pero la subsistencia nos fuerza a tragarlos. Pueden provocarnos vómitos, lágrimas, desmayos. De proponernos degustar su infinito paladar de enseñanza espiritual, nos alimentará cual exquisito manjar. Para crecer en experiencia y fortaleza.

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