¿Por qué margina al boxeo? (1 de 3)

El amigo Danilo Díaz, quien en sus años mozos fue un inquieto dirigente de clubes deportivos del Distrito Nacional, ha dado muestra que quiere llevar al deporte por los “mejores caminos”.

El amigo Danilo Díaz, quien en sus años mozos fue un inquieto dirigente de clubes deportivos del Distrito Nacional, ha dado muestra que quiere llevar al deporte por los “mejores caminos”. Danilo Díaz, lo recuerdo perfectamente, ocupó por varios años la presidencia del pujante club deportivo y cultural San Lázaro. Su labor, según informe de sus contemporáneos compañeros, fue exitosa y acorde con aquellos juveniles tiempos. ¡Tiempos complicados para los jóvenes porque éramos perseguidos, tenazmente, por el agresivo gobierno de los fatídicos doce años de Joaquín Balaguer!

Precisamente un hermano del hoy ministro de Deportes y Recreación (Miderec), fue desaparecido (asesinado) por las huestes balagueristas. ¡Esa es la historia y nadie la puede denegar! En su primer año de gestión como ministro de Deportes, ha realizado un trabajo encomiable… ¡y la prensa le ha dado un ruidoso respaldo al publicar todas sus actividades y declaraciones! Para la prensa deportiva local Danilo Díaz siempre es noticia. Díaz, también un activo dirigente del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), llegó al Ministerio de Deportes el 16 de agosto de 2016, justo iniciando el segundo cuatrienio del presidente constitucional Danilo Medina.

El boxeo está desamparado

En esta primera entrega, de la serie que plasmo en esta columna, debo recordar que el boxeo está desamparado. Cuando hablo de desamparado me refiero a que este noble deporte no tiene gimnasios, sus atletas no encuentran dónde entrenar.

Una anécdota: Un pasado ministro de Deportes y Recreación, cuyo nombre no voy a citar, me aseguró -al consultarlo sobre la orfandad del boxeo dominicano- llenaría de gimnasios todo el territorio nacional. “Vamos a llenar de gimnasios todo el país porque el boxeo se lo merece”, recuerdo que dijo el mentiroso exministro de Miderec. Pero su promesa fue echada en el saco del olvido. Dejó el cargo sin cumplir su promesa. Y es que sus huecas palabras formaron parte del lenguaje demagógico que caracteriza al político dominicano.

Prácticamente en el país todos los deportes locales tienen amplio respaldo, casi siempre a través del Estado. Pero el boxeo es marginado. En las próximas dos entregas ampliaré mis argumentos.

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